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Introducción a la odontología general en caballos

PorJack Easley, DVM, MS, DAVDC (Equine), DABVP (EQ), Easley Equine Dentistry, Shelbyville, KY
Revisado/Modificado Modificado feb 2024
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Los caballos requieren cuidados dentales regulares como parte de un programa óptimo de prevención. Como son herbívoros, necesitan una función dental eficiente para la ingesta de alimentos y para el mantenimiento de una buena condición física. Para los veterinarios es fundamental conocer las particularidades de la estructura anatómica, la fórmula dental y el esquema de erupción de los dientes deciduos y permanentes, y deben revisar estos aspectos antes de realizar cualquier tratamiento odontológico.

Los caballos tienen dientes hipsodontos (con coronas altas y en erupción continua), lo que les permite contar con una superficie de trituración que se renueva de forma constante a lo largo de toda su vida. Las arcadas dentarias del caballo constan de, al menos, nueve dientes (tres incisivos, tres premolares y tres molares) en cada cuadrante de la boca. Estos dientes hipsodontos disponen de una forma en sierra regular, con bordes afilados de esmalte para cortar y triturar la celulosa. Al mismo tiempo, la frágil naturaleza del esmalte dental está protegida por la dentina que lo rodea y por el cemento periférico. En el curso normal de la masticación del forraje, la tasa de erupción del diente se corresponde con la tasa de desgaste de la corona oclusal. Los caballos machos adultos tienen grandes dientes caninos permanentes, ubicados en el espacio interdental. En las hembras, estos dientes no están presentes o son muy pequeños (existe dimorfismo sexual).

Signos clínicos de enfermedad dental

La enfermedad dental (p. ej. dientes rotos, enfermedad periodontal, desgaste irregular de las arcadas dentarias) es la causa subyacente en muchos casos de deficiencia en el desarrollo y deterioro del estado general. Los signos clásicos de problemas dentales en caballos incluyen dificultad o lentitud para comer y reticencia a beber agua fría. Mientras mastica, el caballo puede detenerse unos instantes y volver a empezar. Algunas veces, el caballo ladea la cabeza como si tuviera dolor. En ocasiones, el caballo coge el alimento con la boca y forma un bolo con él, pero lo deja después de haberlo masticado parcialmente. La comida semimasticada puede acumularse entre los dientes y la mejilla, o quedarse alojada en el esófago y producir asfixia. Otras veces, para evitar masticar con un diente o boca doloridos, el animal puede engullir el alimento rápidamente y, a continuación, sufrir indigestión, asfixia o cólico. También es posible observar falta de deseo de comer grano duro o la presencia de grano no machacado (es decir, no masticado) en las heces. Otros signos de enfermedad dental en caballos son la salivación excesiva y la presencia de mucosidad sanguinolenta en la boca, junto con el aliento fétido propio de las caries dentales. Las caries dentales extensas, acompañadas de periostitis y formación de abscesos de la raíz, pueden causar sinusitis. Tal vez se observe tumefacción facial o mandibular y formación de fístulas mandibulares, debido a infecciones apicales de las muelas inferiores.

Los caballos pueden mostrarse reacios a llevar la embocadura, sacudir la cabeza mientras se los monta o resistirse a las técnicas de entrenamiento, debido a la presencia de bordes afilados en los dientes maxilares de la mejilla, que causan laceraciones en la mucosa bucal. La presencia de pequeños primeros premolares superiores ("dientes de lobo") en caballos puede estar asociada con resistencia al bocado.

Examen dental

En la mayoría de casos, anamnesis, edad y signos clínicos están correlacionados. Siempre se debe hacer una exploración física completa, seguida de una exploración dental exhaustiva y detallada. La mayoría de los caballos tienen que estar sedados para el examen dental; algunos pacientes pueden requerir anestesia general. Para facilitar un examen oral en profundidad, es conveniente enjuagar la boca del paciente con agua tibia e iluminar la cavidad oral con una linterna frontal potente, mientras se usa un espéculo oral. Un espejo dental o una cámara endoscópica aumentan mucho la calidad del examen oral.

El mantenimiento de registros específicos detallados es un requisito para el examen oral. La convención actual es el uso del sistema Triadan de nomenclatura dental, que asigna un número a cada diente: las arcadas se numeran como 100 (maxilar derecho), 200 (maxilar izquierdo), 300 (mandíbula izquierda) y 400 (mandíbula derecha). A cada diente de una arcada se le asigna un número específico adicional, comenzando desde el 1 a partir de la línea media. Así, el primer incisivo del cuadrante superior derecho será el "101" y el del cuadrante superior izquierdo, el "201". De este modo, la dentición completa del caballo consta de 11 dientes o dientes potenciales (el canino y el diente de lobo se cuentan igual aunque estén ausentes) en cada arcada. Para hacer referencia a una determinada posición dentaria en más de una arcada, se puede omitir el primer dígito del número Triadan (p. ej. "los 07 superiores" en lugar de "los dientes 107 y 207").

El examen dental oral, a menudo, se acompaña del diagnóstico por imagen: puede ser necesario realizar radiografías o utilizar otras técnicas avanzadas de obtención de imágenes, como la tomografía computarizada (CT) o la resonancia magnética (MRI).

Profilaxis dental rutinaria y extracciones

La profilaxis dental rutinaria, que incluye una exploración dental completa y la odontoplastía de las puntas afiladas del esmalte, es fundamental para el cuidado de la salud de los caballos. Los bordes del esmalte deben limarse dos veces al año mientras se establece la dentición permanente y, después de esto, con la frecuencia necesaria en función del mantenimiento del animal. Los caballos que pastan en libertad o en hierba suelen necesitar una profilaxis dental anual; los caballos confinados en establos y alimentados esencialmente con heno y grano pueden necesitar exámenes orales y profilaxis dental dos veces al año.

El objetivo de la profilaxis dental es eliminar los bordes afilados del esmalte dental que puedan causar irritación en los tejidos blandos de la mejilla y un crecimiento excesivo de la superficie oclusal. Esta odontoplastía se conoce a menudo como "flotar" el diente. Mantener la superficie oclusal normal evita el desarrollo de irregularidades en el desgaste de las arcadas dentarias. La profilaxis dental generalmente se puede llevar a cabo con el animal sujeto o con el uso de sedantes. En la actualidad, para limar, equilibrar y realinear las superficies oclusales de los incisivos y de los dientes de las mejillas, se utilizan con más frecuencia equipos eléctricos que escofinas manuales. Los instrumentos eléctricos se deben utilizar con cuidado, para evitar el traumatismo térmico, y por presión sobre la dentina y la pulpa. Hay que usar limas de baja velocidad (6000-12 000 rpm), con tiempos de contacto cortos, ejercer una presión ligera e irrigar de forma intermitente con agua, limando como máximo 3-5 mm de superficie oclusal cada 3-6 meses.

Los bordes afilados de los dientes de lobo son una de las posibles causas por las que los caballos pueden oponer resistencia a la embocadura. Estos pequeños dientes, localizados justo rostrales a la fila de dientes superiores, a menudo, se extraen en caballos de competición. Este procedimiento se puede realizar en el caballo sedado en estación con la ayuda de anestesia de infiltración local. La unión gingival al diente se eleva y se usa un luxador dental o un elevador para aflojar el diente. Se puede usar una pinza de extracción para agarrar la corona y sacar el diente del alvéolo. La cicatrización del alvéolo requiere un cuidado posterior mínimo y restricciones mínimas en la dieta o el trabajo.

La mayoría de los procedimientos dentales se pueden realizar con el caballo de pie, con sedación y con anestesia regional o sin ella, pero algunos procedimientos dentales importantes (p. ej., extracciones, repulsiones y reparación de fracturas) requieren anestesia general. En la mayoría de los casos, es necesaria una evaluación radiográfica y la protección de las vías aéreas para evitar la entrada de detritos. Algunos dientes con caries se pueden extraer usando separadores de molares, pinzas de extracción y elevadores. No obstante, en algunos casos, es preferible la exposición quirúrgica y la repulsión o seccionamiento y elevación de los dientes. La conservación del diente, mediante resección del ápice de la raíz y endodoncia, ha demostrado que la extracción no es necesaria en todos los casos de caries dental en caballos.