Cortesía del Dr. Rocío Crespo.
Las aves excretan, a través de la orina, compuestos nitrogenados de desecho formados por uratos ligados en forma coloidal con el moco. La enfermedad renal disminuye el aclaramiento de ácido úrico de la sangre, que provoca hiperuricemia aguda o crónica, y produce la precipitación de compuestos insolubles sobre el riñón u otros órganos, lo que da lugar a la deposición de uratos o urolitiasis. Los depósitos de uratos son blancos y semisólidos, y deben diferenciarse de los exudados amarillentos fibrinosos o purulentos de origen inflamatorio, secundarios a causas infecciosas como sinovitis, peritonitis, perihepatitis y pericarditis.
El depósito visceral de uratos se produce después de una insuficiencia renal de progresión rápida, o de forma terminal por la descompensación aguda de una enfermedad renal crónica. Los depósitos se localizan frecuentemente en pericardio, peritoneo y cápsula hepática, y de forma menos común sobre las superficies sinoviales de articulaciones y tendones. Microscópicamente, los depósitos de uratos se observan como cristales alargados o masas esféricas basófilas, por lo general, con poca inflamación asociada, debido a su curso rápido. El depósito de uratos sobre las vísceras puede ser secundario a urolitiasis, y es más común en gallinas ponedoras de mayor edad. La obstrucción progresiva de los uréteres por los urolitos causa atrofia renal "ascendente" desde el lugar de la obstrucción e hipertrofia compensatoria en las áreas no dañadas del riñón. Los uréteres distendidos, a menudo, contienen cálculos o urolitos de urato de calcio, de aspecto blanco y quebradizo.
Cortesía del Dr. Rocío Crespo.
El virus de la bronquitis infecciosa, el virus de la nefritis aviar y la criptosporidiosis se incluyen entre los factores predisponentes de la deposición visceral de uratos y urolitiasis en avicultura. Las causas no infecciosas comprenden deshidratación, ingestión de alimentos que contengan >3 % de calcio por parte de las aves que no son ponedoras, deficiencia de vitamina A y exposición a micotoxinas (p. ej., la oosporeína). Otras especies aviares desarrollan habitualmente gota visceral secundaria a la exposición a nefrotoxinas, por lo general, producidas por antibióticos aminoglucósidos o metales pesados.
El depósito articular de uratos es menos común y se da después de un aumento, prolongado en el tiempo, de la concentración de ácido úrico en sangre. Se forman depósitos de uratos sobre las membranas sinoviales de las articulaciones de los dedos y las alas que provocan reacciones granulomatosas crónicas a los cristales de urato (tofos). Las articulaciones están hinchadas y los pies aparecen deformados. A diferencia de lo que ocurre con el depósito de urato en las vísceras, los riñones suelen ser macroscópicamente normales. El depósito crónico de uratos puede observarse en aves con alteraciones hereditarias en el metabolismo del ácido úrico o a las que se administra un exceso de proteínas en la ración.