Criptosporidium sp son unos organismos protozoarios ubicuos que persisten en el ambiente durante periodos variables de tiempo, dependiendo de la temperatura y la humedad. Su infección conduce a enfermedades respiratorias y/o GI en las aves. El diagnóstico se basa en la flotación fecal o el examen microscópico de los tejidos. No se conocen tratamientos eficaces para Cryptosporidium; una buena bioseguridad y saneamiento son los pasos más importantes para minimizar la transmisión.
La criptosporidiosis es una enfermedad parasitaria producida por protozoos (filo Apicomplexa) que pertenecen a la familia Criptosporidiidae, y aunque son distintos están relacionados con los coccidios de los géneros Eimeria, Isospora, Sarcocystis y Toxoplasma. Hasta hace poco tiempo se pensaba que pertenecían al género 19 especies de Cryptosporidium, pero las investigaciones han demostrado que la mayoría carecen de hospedador específico. Aunque Cryptosporidium spp son parásitos del intestino en los mamíferos, en las aves se encuentran por lo general en la bolsa de Fabricio y en el tracto respiratorio. La criptosporidiosis es más grave en los pavos que en los pollos y suele ser mortal en las codornices.
El ciclo biológico de Cryptosporidium incluye fases asexuales y sexuales y culmina con la producción de ooquistes. En el hospedador, el ooquiste forma cuatro esporozoítos sin esporocistos. El ciclo biológico no es autolimitante, ya que algunos ooquistes tienen paredes finas y liberan esporozoítos (tras la estimulación con tripsina/bilis), que reinfectan los tejidos próximos. El ciclo endógeno es corto (4-7 días), los estadios endógenos son pequeños (4-7 micrómetros) y los parásitos se encuentran justo debajo de las membranas celulares epiteliales.
Cortesía del Dr. Jean Sander.
En los pavos y pollos, se ha observado la presencia de Cryptosporidium en los senos nasales, la tráquea, los bronquios, la cloaca y la bolsa de Fabricio. Los signos clínicos más comunes son la diarrea y la deshidratación. Además de la diarrea, los parásitos pueden infectar el tracto respiratorio y provocar tos, jadeo, aerosaculitis y, en ocasiones, la muerte. Los pulmones se vuelven grises y húmedos. Los signos clínicos pueden durar varias semanas.
El diagnóstico se establece mediante el examen microscópico de los raspados o del examen histológico de los tejidos de la bolsa de Fabricio, la cloaca y la tráquea. Los ooquistes pequeños (5 micrómetros) pueden ser diagnósticos, pero son difíciles de ver. Puede mejorar la visualización la concentración de raspados intestinales utilizando una solución de azúcar saturada, o el examen microscópico por contraste de fases o contraste por interferencias. La identificación positiva la deben realizar investigadores o diagnosticadores capacitados.
No existen medidas satisfactorias de control, excepto el aislamiento y la puesta en práctica de medidas sanitarias adecuadas. Todos los fármacos anticoccidiales conocidos son ineficaces contra Cryptosporidium spp. A diferencia de Cryptosporidium spp de los mamíferos, las especies aviares no son infecciosas para las personas.