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Tuberculosis en aves de producción

PorSusan Sanchez, BSc, MSc, PhD, FRSB, The University of Georgia
Revisado/Modificado Modificado mar 2024
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La tuberculosis en aves, causada principalmente por la infección con Mycobacterium avium, puede afectar a todas las especies aviares, aunque la susceptibilidad varía según la especie. La infección es crónica y produce emaciación, disminución de la producción de huevos, granulomas en múltiples tejidos y muerte. El diagnóstico suele ser más sencillo cuando se basa en la identificación de lesiones macroscópicas y la demostración de la bacteria en muestras de tejido. No se recomienda el tratamiento, ya que su duración y costo hacen que el éxito sea poco probable. Las instalaciones contaminadas no deben usarse para criar aves. Aunque M. avium puede infectar a los seres humanos, las serovariedades que se encuentran en las aves y las personas suelen ser diferentes. No obstante, se deben tomar precauciones para evitar que los humanos se expongan a aves infectadas.

La tuberculosis en aves se debe principalmente a la infección con Mycobacterium avium, en particular la subespecie M. avium avium. La tuberculosis es una enfermedad crónica que ocurre ocasionalmente en pequeñas parvadas de aves de corral, aves de caza (faisanes, codornices y perdices) y, en raras ocasiones, en parvadas comerciales. Con el aumento de sistemas de producción avícola en libertad, la incidencia de la enfermedad podría incrementarse. También se ha reportado tuberculosis en aves exóticas en cautiverio. 

En aves de producción, la tuberculosis suele afectar a toda la parvada, aunque generalmente el veterinario atiende un ave afectada individualmente, ya sea viva o muerta. Las aves que mueren por la enfermedad presentan una emaciación extrema, con pérdida notable de masa muscular y ausencia de grasa corporal. Cuando se recogen las aves enfermas, se nota que están mucho más ligeras que las aves no infectadas.

Todas las especies de aves pueden infectarse con M. avium. Las gallinas, los faisanes y las perdices son altamente susceptibles, mientras que los pavos presentan menor susceptibilidad. Los patos y los gansos parecen ser relativamente resistentes a la enfermedad. M. avium también es una causa de enfermedad en cerdos y otros mamíferos. La tuberculosis en aves está presente en todo el mundo.

Etiología y patogenia de la tuberculosis en aves de producción

La tuberculosis en aves se debe principalmente a la infección con los serovares 1, 2 y 3 de M. avium avium. Sin embargo, algunos estudios han reportado casos de psitácidos capturados en estado silvestre infectados con Mycobacterium tuberculosis, presumiblemente transmitido por sus captores. Estudios más recientes han descrito infecciones por Mycobacterium genavense en aves mascota y colecciones aviares en zoológicos. También se han documentado infecciones aviares con Mycobacterium bovis y Mycobacterium fortuitum

La vía más común de infección por M. avium en aves de producción es la oral. Una vez dentro del organismo, M. avium se replica dentro de los macrófagos (véase la imagen de lámina propia intestinal), lo que provoca la formación de granulomas submucosos y serosos en los intestinos. Estos granulomas pueden ulcerarse y liberar la bacteria en la luz intestinal, lo que permite su eliminación a través de las heces. La excreción fecal conduce a la contaminación del ambiente, lo que favorece la propagación de la enfermedad. M. avium también puede ingresar al torrente sanguíneo y transportarse al hígado, bazo y huesos, donde provoca la formación de granulomas en estos órganos.

Epidemiología y transmisión de la tuberculosis en aves de producción

La infección por M. avium se transmite a través del contacto con ambientes contaminados. Cuanto mayor sea la población infectada y más tiempo permanezcan las aves en esas instalaciones, mayor será la contaminación bacteriana en el entorno. M. avium se ingiere con mayor frecuencia, aunque la infección también puede transmitirse por aerosoles. 

M. avium puede persistir en el suelo durante muchos años, por lo que las instalaciones contaminadas no deben utilizarse para la cría de aves de producción, cerdos u otras especies susceptibles.

Hallazgos clínicos de la tuberculosis en aves de producción

La tuberculosis en aves puede causar disminución en la producción de huevos o menor ganancia de peso en parvadas afectadas. En parvadas pequeñas, estos signos clínicos suelen pasar desapercibidos hasta que algunas aves mueren. Un observador que camine entre la parvada podría notar que las aves emaciadas se quedan atrás en comparación con las aves sanas. Al levantar las aves afectadas, se perciben más livianas que las no afectadas. 

Las cadáveres de las aves muertas por tuberculosis presentan emaciación extrema, sin reservas de grasa, con pérdida notable de masa muscular y prominentes protuberancias óseas. 

Las lesiones tuberculosas consisten en masas blancas y firmes (granulomas) de distintos tamaños, localizadas en el intestino, hígado, bazo y médula ósea (véase la imagen de granuloma en médula ósea). La pared intestinal está engrosada y pálida, y puede haber masas serosas.

Diagnóstico de la tuberculosis en aves de producción

  • El diagnóstico se confirma mediante la demostración de bacilos acidorresistentes en muestras post mortem, ya sea por evaluación histológica, cultivo o prueba de PCR.

Las pruebas antemortem, como las inyecciones intradérmicas y las pruebas serológicas, no son confiables para el diagnóstico de tuberculosis en aves de producción, ya que pueden arrojar falsos positivos. Se puede realizar una prueba de PCR en heces, aunque la eliminación de M. avium en las heces puede ser intermitente. 

En aves de producción, la tuberculosis se diagnostica mejor mediante necropsia. Las tinciones para bacterias acidorresistentes en granulomas triturados, o el examen histológico de tejidos afectados, deben revelar la presencia de bacilos acidorresistentes (véase la imagen de bacilos acidorresistentes). A diferencia de algunas infecciones tuberculosas en mamíferos, la tuberculosis aviar se caracteriza por la presencia de gran cantidad de bacilos acidorresistentes. El cultivo en medios específicos puede confirmar el diagnóstico, pero M. avium tarda mucho más tiempo en crecer que otras bacterias. En casos de exposición humana, se puede realizar una prueba de PCR y secuenciación genómica epidemiológica.

En cuanto a los hallazgos macroscópicos en la necropsia, otras causas además de la tuberculosis que pueden provocar masas blancas en el hígado y el bazo incluyen infecciones por salmonelas, estafilococos y Escherichia coli (enfermedad de Hjärre), así como la enfermedad de Marek, la leucosis linfoide y la reticuloendoteliosis. Sin embargo, M. avium es la única bacteria conocida por producir granulomas en médula ósea.

Tratamiento, control y prevención de la tuberculosis en aves de producción

  • No se recomienda el tratamiento.

  • Cuando es posible, se recomienda el vaciado sanitario.

  • Desinfección ambiental y bioseguridad

El tratamiento de la tuberculosis en aves no es recomendable, ya que los antimicrobianos no suelen ser eficaces. La limpieza profunda ayuda a reducir la carga bacteriana en el ambiente, aunque es poco probable que elimine completamente la enfermedad.

Los bacilos tuberculosos se acumulan con el tiempo en el entorno. La limpieza y la desinfección exhaustiva después de haber tenido una parvada infectada es viable en sistemas de manejo por lotes, donde se crían aves de la misma edad y las instalaciones pueden ser despobladas completamente antes de introducir nuevas aves. Sin embargo, en sistemas donde no se aplica el manejo por lotes, como en aviarios o colecciones de aves raras, la limpieza y la desinfección pueden no ser efectivas, y resultar en brotes devastadores.

M. avium es una bacteria ubicua en el medio ambiente, y muchas aves silvestres están infectadas, lo que representa un riesgo de transmisión. Se recomienda una bioseguridad estricta para evitar la introducción del patógeno en las instalaciones.

Riesgo zoonótico de la tuberculosis en aves de producción

Aunque M. avium puede infectar a los humanos, los serovares de M. avium presentes en personas infectadas son diferentes de los encontrados en aves. Los serovares en humanos están más relacionados con los que afectan a cerdos que con los que afectan a aves. No obstante, se deben extremar las precauciones al tratar con aves infectadas con Mycobacterium.

Conceptos clave

  • La tuberculosis puede afectar a todas las aves, pero la sensibilidad varía según la especie.

  • El diagnóstico se basa en la identificación postmortem de Mycobacterium avium mediante una evaluación histológica, un cultivo o una prueba de PCR.

  • No se recomienda el tratamiento debido a su larga duración y alto costo, además de que los antimicrobianos suelen no ser eficaces.

Para más información

  • Swayne DE, ed. Boulianne M, Logue CM, McDougald LR, Nair V, Suarez DL, associate eds. Diseases of Poultry. 14th ed. Wiley Blackwell; 2020.

  • Boulianne M, ed. Avian Disease Manual. 8th ed. American Association of Avian Pathologists; 2019.