Identificación de un organismo infeccioso

Muchos microorganismos diferentes pueden causar una afección determinada (p. ej., la neumonía puede estar causada por virus, bacterias u hongos). Suele ser importante saber qué microorganismo específico está causando una enfermedad, ya que el tratamiento es diferente para cada microorganismo.

Hay muchas formas de identificar microorganismos. Tomar una muestra del lugar de la infección y examinarla bajo el microscopio suele ser el método más rápido para identificar microorganismos. A veces, los microorganismos pueden reconocerse por sus formas y colores característicos. Sin embargo, si los microorganismos son muy pocos o muy pequeños para verlos con el microscopio, es posible que no se encuentren.

Otra forma de identificar un microorganismo infeccioso consiste en cultivarlo en el laboratorio, lo que permite llevar a cabo pruebas químicas complementarias. El proceso de crecimiento del organismo se denomina cultivo. Se pueden cultivar muchos microorganismos de esta manera. Los microorganismos cultivados también pueden analizarse para determinar su sensibilidad a varios antibióticos, lo que puede ayudar a determinar qué fármaco utilizar para tratar a un animal infectado. Esta prueba es importante, ya que los microorganismos desarrollan de forma constante resistencia a antibióticos que anteriormente eran eficaces.

Algunos microorganismos son muy difíciles de cultivar. Estas infecciones pueden identificarse mediante la detección de anticuerpos frente a los microorganismos en la sangre u otros líquidos corporales del animal infectado (pruebas serológicas). Las pruebas basadas en anticuerpos se usan para identificar muchas infecciones, pero no siempre son confiables. Los anticuerpos pueden permanecer en el organismo durante muchos años después de que la infección haya desaparecido, por lo que un resultado positivo no siempre indica una infección activa, aunque sí señala una exposición previa. Algunas nuevas pruebas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), pueden identificar fragmentos del material genético (ADN) del microorganismo, que se encuentran solo cuando el microorganismo está presente. Estas pruebas se suelen realizar solo cuando ya se sospecha de una enfermedad en particular.