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Trastornos reproductivos de las aves de compañía

PorTeresa L. Lightfoot, DVM, DABVP (Avian), Avian and Exotics Department, Florida Veterinary Specialists
Revisado/Modificado Modificado ene 2020
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Hay una serie de trastornos reproductivos que pueden producirse en las aves de compañía. A continuación se enumeran algunos de los trastornos más comunes.

Prolapso de la cloaca

La cloaca es la cámara común al final del tracto intestinal en la que se vacían las vías reproductiva, gastrointestinal y urinaria. El orificio es la apertura de la cloaca por donde pasan los excrementos (y los huevos en las hembras) al exterior. Los labios de la cloaca (u orificio) controlan la apertura del orificio y por lo tanto la frecuencia con la que pasan los excrementos de un ave. El recubrimiento de la cloaca (tanto en machos como en hembra) y del oviducto (en hembras) puede sobresalir por el orificio hacia el exterior. El tejido prolapsado puede producir distensión crónica, obstrucción del pasaje de excrementos y huevos, y puede secarse y quedar necrótico. Hay factores psicológicos y físicos que pueden contribuir al prolapso del tejido, y las aves afectadas requieren atención inmediata por parte de un veterinario.

Este síndrome es extremadamente frecuente en las cacatúas de copete blanco y de las Molucas adultas. No se ha determinado la causa exacta, pero las aves que desarrollan prolapsos cloacales suelen ser criadas a mano, han tenido un retraso en el destete y/o han continuado pidiendo comida, tienen un apego estrecho a al menos una persona (con signos de una relación de hijo/padre o de pareja/compañero con la persona) y tienen tendencia a mantener las heces en el respiradero durante periodos prolongados (p. ej., durante la noche), en lugar de defecar en la jaula. Las cacatúas que viven separados de los humanos no tienen este problema médico. Aunque hay numerosos factores que pueden contribuir al prolapso cloacal, se piensa que tanto los factores emocionales (comúnmente relacionados con una atracción sexual mal dirigida del ave hacia una persona), como el hecho de que el dueño refuerce inadvertidamente que el ave retenga las heces en la cloaca durante períodos prolongados (lo que causa estiramiento y dilatación de la cloaca), desempeñan un papel en su aparición.

Prolapso cloacal, cacatúa

Si se detecta y trata a tiempo, la cirugía y la modificación del comportamiento pueden corregir el problema. Sin embargo, la modificación del comportamiento suele ser difícil para los propietarios porque en muchos aspectos implica romper el estrecho vínculo que tienen con su ave. Si el ave aún percibe a su propietario como un padre o una pareja, seguirá haciendo esfuerzos y el problema recidivará. Los comportamientos que podrían enviar un mensaje sexual confuso a un ave y que deberían evitarse son acariciar el cuerpo del ave (además de la cabeza), acurrucarlo cerca del cuerpo y ofrecerle alimento caliente (como podría hacerlo un compañero de jaula al regurgitar alimento como parte del cortejo). Si un propietario no es serio al tratar de cambiar el comportamiento de su ave, puede ser necesaria la ayuda de un especialista en comportamiento ( ver Dónde conseguir ayuda).

Retención del huevo

La retención del huevo se produce cuando un ave es incapaz de expulsar un huevo del aparato reproductor. Se observa con mayor frecuencia en hembras con sobrepeso que hacen poco ejercicio. Las ponedoras crónicas pueden desarrollar una deficiencia de calcio, que es un factor contribuyente que se observa con frecuencia en aves con esta afección. Otras causas que contribuyen son la deficiencia de vitamina A, la neoplasia o la enfermedad oviductal, la hernia de la pared abdominal, ser una ponedora primeriza y los factores genéticos. Un ambiente inapropiado y la falta de un nido pueden ser factores contribuyentes para algunas aves. Las cacatúas, los periquitos y los agapornis se ven afectados con frecuencia, pero los loros más grandes también pueden experimentar la retención de los huevos.

Los signos de retención del huevo incluyen un ave que permanece en el fondo de la jaula, actúa débil y letárgica, se esfuerza por defecar, expulsa excrementos sanguinolentos, tiene dificultad para respirar (manifestada como balanceo de cola), repentinamente deja de poner huevos y tiene el abdomen visiblemente hinchado.

Es posible que un veterinario le tome una radiografía para determinar si el huevo es anormal y para determinar su localización. Después de esto, administrará calcio, fluidos bajo la piel, lubricación en el orificio y un entorno cálido y húmedo para animar al ave a expulsar el huevo. Si el huevo no pasa, es posible que el veterinario deba sedar al ave y extraer el huevo manualmente por el orificio o anestesiar el ave por completo para extraer el huevo quirúrgicamente desde el abdomen.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos reproductivos de las aves de compañía.