Cortesía del Dr. Ronald Green.
Cortesía del Dr. Ronald Green.
La osteocondrosis es un trastorno del desarrollo en perros medianos y grandes de rápido crecimiento, que se caracteriza por una osificación endocondral anormal del cartílago de la epífisis en articulaciones de hombro, codo, rodilla y corvejón. Aunque se desconoce la causa exacta, se sospecha que los factores contribuyentes son la nutrición excesiva, el crecimiento rápido, los traumatismos y un componente hereditario. Como resultado de una maduración y vascularización anormal, las células de cartílago basal se engruesan y debilitan, lo que provoca fisuración de cartílago, fisuras y formación de colgajos (osteocondritis disecante), tras un traumatismo leve o una presión articular normal. La incongruencia del cartílago y la presencia de desechos articulares provocan sinovitis, seguida de artritis y un deterioro continuo del cartílago. Los colgajos de cartílago pueden desprenderse y adherirse a la cápsula articular, o bien migrar y afectar negativamente el movimiento de la articulación.
Los signos clínicos son cojera, derrame articular y reducción de la amplitud de movimiento de las articulaciones o extremidades afectadas. Las lesiones se localizan en la cabeza del húmero (hombro), el aspecto medial del cóndilo humeral (codo), los cóndilos femorales (rodilla) y las crestas trocleares del astrágalo (corvejón). Adicionalmente, pueden estar relacionadas la fragmentación de la apófisis coronoides medial y la no unión de la apófisis ancónea en el codo. La radiografía es útil para la identificación de las lesiones articulares; los cambios pueden incluir aplanamiento de las superficies articulares, radiolucidez del hueso subcondral o esclerosis, osteofitosis, derrame articular y "ratones articulares". Se puede emplear la artrografía para delimitar colgajos articulares y también se puede llevar a cabo una artroscopia para identificar y tratar las lesiones del cartílago y de las articulaciones. La TC (tomografía computarizada) también ayuda a identificar los cambios óseos subcondrales.
El tratamiento consiste en la escisión de colgajos de cartílago o de fragmentos libres flotantes, y raspado de hueso subcondral para estimular la formación de fibrocartílago. Los animales con enfermedad articular degenerativa pueden beneficiarse del uso de AINE, como carprofeno (2,2 mg/kg, PO, cada 12 horas), deracoxib (1–2 mg/kg, PO, cada 24 horas), firocoxib (5 mg/kg, PO, cada 24 horas) o meloxicam (0,1 mg/kg, PO, cada 24 horas). Los modificadores del líquido articular, como el glucosaminoglucano polisulfatado (4,4 mg/kg, IM, dos veces/semana durante cuatro semanas) también pueden ayudar a evitar la degeneración del cartílago. El pronóstico de recuperación es excelente para hombros, bueno para articulación de rodilla y regular para articulaciones de codo y tarso. La recuperación se complica cuando existen signos simultáneos de enfermedad articular degenerativa, otras enfermedades articulares o inestabilidad (articulación de tarso).
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre osteocondrosis en perros.