En los caballos, las laceraciones de los talones o de la cuartilla palmar/plantar pueden deberse a un sobrealcance con las patas traseras o a un traumatismo por contacto con objetos (chapa metálica, alambrada, etc.). Estas laceraciones pueden ser superficiales (solo a través de la piel) o profundas, afectando a huesos, estructuras sinoviales, tendones o ligamentos.
Dependiendo de la extensión de la herida medial o lateralmente, el haz neurovascular digital palmar también puede verse afectado en las laceraciones del bulbo del talón. Está indicada la palpación minuciosa de la herida, así como la centesis de las estructuras sinoviales próximas, que pueden incluir la articulación interfalángica distal (articulación interfalángica distal o articulación del tejuelo), la articulación interfalángica proximal (cuartilla), la bolsa navicular y la vaina del tendón flexor digital. Las estructuras sinoviales afectadas deben tratarse como cualquier estructura sinovial séptica.
Dado que hay un exceso de movimiento de la piel en los bulbos del talón, si la herida se deja abierta para que cicatrice por segunda intención y con vendaje, la cicatrización puede ser lenta y puede desarrollarse un exceso de tejido de granulación (carne orgullosa). Las reparaciones con suturas también son propensas a la dehiscencia debido a este exceso de movimiento de la piel.
Se recomienda enyesar al caballo (hasta el nivel de la cara distal de la articulación del menudillo) durante 2-3 semanas para cualquier laceración de espesor total del bulbo del talón y, por lo general, se obtienen buenos resultados.