Siempre que un hurón parece estar letárgico o haya un cambio repentino en su comportamiento, se recomienda una visita al veterinario ( ver la Tabla: Cuándo acudir a un veterinario). Los hurones pueden ocultar signos de enfermedad o malestar hasta que la enfermedad está avanzada, por lo que un hurón enfermo puede empeorar rápidamente.
Cuándo acudir a un veterinario
Consulte a un veterinario inmediatamente si observa: | Consulte a un veterinario dentro de las 24 horas siguientes si observa: |
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Pulso débil o latido cardiaco bajo o silencioso | Estornudos o tos continuos |
Encías o lengua azuladas o blancas | Vómitos o diarrea durante más de 24 horas |
Fracturas óseas | Consumo excesivo de agua |
Heridas punzantes en el abdomen o el pecho | Cambio repentino de comportamiento |
Marcas de mordiscos | Dormir más de lo normal y falta de ganas de jugar |
Hemorragia abundante | Ojos nublados, entrecerrar los ojos o incapacidad para ver |
Quemaduras, congelación o temperatura corporal superior a 40,5 °C | Una erupción, muda excesiva, sacudida excesiva de la cabeza o masticación o rascado persistente del cuerpo |
Atragantamiento | Una hemorragia nasal sin razón aparente |
Recto que sobresale | Bultos anormales que no son dolorosos |
Diarrea con sangre, maloliente o incontrolable | Falta de apetito pero sin otros signos de enfermedad |
Heces negras y espesas | Heces blandas no acompañadas de dolor, sangre, malos olores o esfuerzo |
Esfuerzo, pero no consigue defecar u orinar | Aumento o pérdida repentina de peso |
Letargo extremo | Babeo |
Convulsiones | Cojera durante más de 24 horas |
Tambaleo u otros problemas para caminar | Articulaciones inflamadas |
Cojera repentina y grave | Picor moderado |
Dolor intenso o constante | Secreción de los ojos, oídos u otras aberturas corporales |
Incapacidad para comer o beber durante 24 horas | |
Dificultad para respirar o respiración superficial | |
Orina con sangre, molestias al orinar o sangrado de la zona urinaria o genital |
Los hurones con obstrucción intestinal dejarán de comer y defecar, y pueden toser, ahogarse o comenzar a vomitar si la enfermedad está avanzada. Cualquier hurón con vómitos o diarrea que dure más de 24 horas debe ser evaluado por el veterinario, porque los hurones pueden deshidratarse y debilitarse rápidamente. Unas heces ocasionales blandas o irregulares no suelen ser un problema. Las heces sanguinolentas pueden darse tanto en hurones jóvenes como viejos por diferentes razones. Sea cual sea la edad de su hurón, si observa que las heces tienen sangre o son oscuras y alquitranadas, debe buscar atención veterinaria para su mascota de inmediato.
Su mala visión y su insaciable curiosidad hacen que los hurones sean susceptibles a sufrir caídas y otros tipos de traumatismos, que pueden provocar roturas de huesos o lesiones internas. Las extremidades dobladas o desarticuladas, la cojera o la dificultad para coordinar las patas traseras pueden indicar una fractura u otros problemas. Hay muchos problemas en los hurones que pueden dar lugar a debilidad de las patas traseras; siempre que se observe este problema se debe consultar a un veterinario.
Los hurones son muy propensos a desarrollar insulinomas, tumores productores de insulina en el páncreas que producen cantidades excesivas de insulina, que reduce la cantidad de azúcar en sangre, lo que provoca pérdida de peso, debilidad, el arrastre de las patas traseras y, en algunos casos, convulsiones. Si su hurón muestra alguno de estos signos, debe llevarlo inmediatamente a que lo examine el veterinario.
