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Trastornos y enfermedades de las ratas

PorKatherine E. Quesenberry, DVM, MPH, DABVP (Avian);
Kenneth R. Boschert, DVM, DACLAM, Washington University
Revisado/Modificado Modificado abr 2020
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Las infecciones, los parásitos y el cáncer son algunos de los tipos más comunes de enfermedades y trastornos en ratas. Proporcionar una dieta equilibrada, alojamiento adecuado y atención veterinaria rutinaria ayudará a mantener a la rata en las mejores condiciones posibles.

Trastornos digestivos de las ratas

Los trastornos digestivos más comunes de las ratas están causados por parásitos intestinales o por infecciones bacterianas. Estas afecciones se describen en esta sección.

Parásitos intestinales

Los oxiuros son parásitos intestinales comunes en las ratas. Solo necesitan un hospedador (en este caso, ratas) y se transmiten a través de las heces infestadas. La mayoría de las ratas infestadas no presentan signos, pero una infestación intensa por oxiuros puede causar diarrea debido a la inflamación intestinal. La enfermedad se diagnostica identificando los gusanos o sus huevos en las heces infestadas, o en el área alrededor del ano de la rata. Las infestaciones por oxiuros se pueden tratar y controlar mediante el uso de fármacos apropiados, prescritos por un veterinario. Dado que los huevos de oxiuros son ligeros y pueden flotar en el aire, es importante higienizar y desinfectar la jaula con regularidad.

La infestación de las ratas por cestodos es relativamente infrecuente y, por lo general, no presenta signos visibles. Sin embargo, pueden aparecer diarrea y pérdida de peso con una infestación intensa. La tenia enana puede infestar potencialmente a los humanos si se ingiere. Los cestodos se transmiten indirectamente a través de cucarachas, escarabajos o pulgas. La infestación se diagnostica identificando los huevos de cestodo en las heces infestadas. La infestación por gusanos se trata con fármacos antiparasitarios apropiados. La jaula debe higienizarse y desinfectarse.

Las ratas son el hospedador intermediario de la tenia del gato, Taenia taeniaeformis. Los cestodos de los gatos pueden infestar a las ratas. La infestación se produce cuando las ratas comen pienso o entran en contacto con una cama contaminada con heces de gato. Los quistes de cestodo se incrustan en el hígado de la rata, que se agranda. El veterinario debe tratar a las ratas afectadas con antiparasitarios, y no se debe permitir que las ratas accedan a arena para gatos ni a comida para gatos.

Protozoos

Varios tipos de protozoos (microorganismos) están presentes con frecuencia en el tracto digestivo de las ratas y no suelen causar enfermedad. Sin embargo, en las ratas más jóvenes o estresadas, estos protozoos pueden causar infecciones intestinales. La infección se transmite por heces contaminadas, y las ratas infectadas presentan diarrea, letargo, pelo áspero, pérdida de peso y, en casos graves, hemorragia abundante que puede provocar la muerte. Los protozoos pueden controlarse con fármacos apropiados, pero no siempre pueden eliminarse.

Trastornos del cerebro, nervios y médula espinal de las ratas

En ratas mayores de 2 años, se puede producir la degeneración de la médula espinal. Las extremidades traseras de las ratas afectadas están paralizadas. Aunque el veterinario puede intentar un tratamiento con antiinflamatorios, el pronóstico a largo plazo es muy malo, y la mayoría de las ratas afectadas se someten a eutanasia humanitaria.

Trastornos pulmonares y de las vías respiratorias de las ratas

La enfermedad respiratoria crónica (micoplasmosis respiratoria murina) es causada por una infección bacteriana. Causa signos respiratorios y otros problemas a corto y largo plazo en las ratas. La infección se transmite por contacto directo, por bacterias en el aire y por contacto sexual. También puede transmitirse de la madre a su descendencia durante el parto. Los signos de infección varían, pero pueden incluir estornudos, sollozos, pelo áspero, letargo, dificultad para respirar, pérdida de peso, inclinación de cabeza y manchas de color marrón rojizo alrededor de ojos y nariz. A medida que la enfermedad avanza afecta a los pulmones.

La infección puede volverse más grave en presencia de otras infecciones bacterianas y víricas. La infección del útero y los ovarios puede producirse en ratas hembras con enfermedad respiratoria crónica.

No existe cura para esta afección. Los signos de infección pueden mejorar con antibióticos. Las ratas con enfermedad respiratoria crónica rara vez viven más de 2 años. Mantener limpia la jaula de la rata, especialmente reduciendo los niveles de amoníaco, y tratar la infección de forma temprana son las mejores maneras de combatir esta enfermedad.

Otras bacterias y virus pueden causar infecciones respiratorias y neumonía en ratas. Todas estas dan lugar a signos similares, como estornudos, sollozos, dificultad para respirar, pelo áspero, inactividad, pérdida de peso, falta de apetito y secreción de ojos o nariz. Si observa alguno de estos signos, debe llevar a su rata al veterinario.

Las enfermedades pueden transmitirse entre ratas por varias vías, según el microorganismo, incluyendo el contacto directo con animales infectados, heces contaminadas, estornudos o tos. Aunque la mayoría de estas infecciones no se pueden curar, su veterinario puede recetarle antibióticos para ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad. Los cuidados de apoyo y el mantenimiento del entorno de la rata también serán útiles. Los individuos que muestran signos de infección respiratoria deben mantenerse separados de otras ratas para reducir la diseminación de la enfermedad.

Las ratas son los hospedadores naturales de la bacteria Streptobacillus moniliformis, que causa la fiebre por mordedura de rata en las personas. Las ratas portan estas bacterias en sus vías respiratorias superiores (nariz y garganta). Las bacterias no causan enfermedad en ratas, pero puede causar una enfermedad grave en humanos.

Sialodacrioadenitis e infección por el coronavirus de la rata

Estos virus relacionados infectan las cavidades nasales, pulmones, glándulas de Harder (cerca de los ojos) y glándulas salivales de las ratas. Son muy contagiosos y se transmiten por contacto directo, por partículas de virus en el aire (como las que provienen del estornudo de una rata infectada) o por exposición a la cama, heces u otros objetos contaminados en la jaula. Para prevenir la transmisión de estas enfermedades, es importante lavarse las manos después de manipular animales en una tienda de animales, o en la casa de un amigo, antes de manipular a su rata. La infección suele durar de 2 a 3 semanas.

Las ratas afectadas estornudarán y tratarán de evitar la luz directa o brillante. A veces, se pueden palpar las glándulas salivales y los nódulos linfáticos agrandados. Una rata puede parecer que tiene paperas. Pueden observarse pigmentos de color marrón rojizo y secreción alrededor de los ojos, y puede producirse una afectación ocular, como inflamación de la córnea o la conjuntiva (párpados superior e inferior); sin embargo, no todos los animales infectados muestran estos signos. No existe tratamiento, pero los animales infectados se suelen recuperar y desarrollarán resistencia a futuras infecciones por estos virus.

Trastornos de la piel de las ratas

Los trastornos cutáneos son frecuentes en las ratas. Pueden estar causados por parásitos, bacterias o lesiones.

Acicalado

Este comportamiento anormal de acicalado se observa, ocasionalmente, en grupos de ratas macho o hembra. Los miembros dominantes del grupo mordisquean pelo y bigotes de ratas menos dominantes. Debido a que la rata roe el pelo tan cerca de la piel, da la apariencia de estar bien afeitada, de ahí el término acicalado. El estrés, el aburrimiento e, incluso, la herencia pueden dar lugar a este comportamiento, y las ratas, a veces, se acicalan a sí mismas. Las localizaciones más comunes del cuerpo para el acicalado son el estómago y las patas delanteras, si se debe al aseo personal, o el hocico, la cabeza y los hombros, si lo realiza un compañero de jaula. La piel no suele estar afectada y su aspecto será normal, sin signos de inflamación, irritación o cortes. A menos que se desarrolle irritación, esta afección no necesita tratamiento. Si el acicalado se produce por la presencia de una rata dominante, esta se debe retirar por el bienestar de los demás compañeros de jaula.

Heridas de peleas

Las ratas machos suelen pelearse y causarse heridas en cara, lomo y zonas genitales. La piel presentará zonas de pérdida de pelo y costras. Estas lesiones pueden infectarse con bacterias, dando lugar a la formación de abscesos. Los mordiscos en la cola pueden provocar gangrena. Las ratas afectadas pierden peso y, en ocasiones, mueren. El veterinario puede tratar las heridas de peleas limpiándolas con una solución antiséptica, sedando a la rata para drenar o quitar los abscesos y administrando los antibióticos correspondientes por vía oral o en la piel. Se deben separar a las ratas que se peleen con frecuencia.

Pulgas

Las pulgas de los roedores son poco frecuentes en ratas de compañía, pero a veces se observan si las mascotas entran en contacto con roedores silvestres. Las pulgas se diagnostican identificándolas en las ratas infestadas. Pregunte a su veterinario sobre el tratamiento. Para evitar la reinfestación, desinfecte y limpie la jaula a fondo. Cuando sostenga o juegue con ratas que no sean las suyas, se recomienda que se lave y se cambie de ropa antes de manipular a sus propias ratas.

Piojos

Las infestaciones por piojos chupadores de sangre son comunes en las ratas silvestres, pero rara vez se ven en ratas de compañía. Los humanos no se ven afectados por los piojos de las ratas, ya que estos no cruzan de una especie a otra. Las ratas muy infestadas presentan picor intenso, inquietud, debilidad y anemia (falta de glóbulos rojos). La infestación se diagnostica mediante la identificación de piojos adultos o huevos en el pelo de la rata. Los piojos se tratan de forma similar a los ácaros (véase más adelante).

Ácaros

Varios tipos de ácaros pueden infestar la piel y el pelo de las ratas. Los ácaros son parásitos externos que, a menudo, no producen signos visibles en las ratas. Las ratas muy infestadas pueden tener inflamación de la piel, y los ácaros pueden verse como motas blancas de polvo en sus folículos pilosos. Además, los ácaros pueden causar un picor intenso, que da lugar a costras en hombros, cuello y cara. Los ácaros del pelo de la rata no infestan a los humanos ni a otros animales. La infestación se diagnostica identificando los ácaros o sus huevos en el pelo y la piel de la rata. Los ácaros se tratan con medicación administrada por boca o aplicada sobre la piel. Su veterinario le aconsejará sobre el mejor tratamiento.

En condiciones normales, los ácaros están presentes en pequeñas cantidades y no molestan a su hospedador. Sin embargo, su número aumenta cuando la rata está estresada, tiene una inmunidad disminuida, debido a otras enfermedades, o es incapaz de mantener el número reducido por el aseo normal. Por lo tanto, es importante que proporcione el cuidado adecuado a su mascota, incluido el control de enfermedades. Después del tratamiento, la jaula de la rata y todos los materiales deben limpiarse y desinfectarse a fondo, ya que los huevos no eclosionados pueden dar lugar a la reinfestación.

Síndrome de la cola en anillo

La baja humedad, las altas temperaturas y las corrientes de aire predisponen a las ratas jóvenes a desarrollar una constricción anular de la piel, alrededor de la cola, llamada cola en anillo. Esta afección también puede afectar a pies o dedos. La cola en anillo se observa, con mayor frecuencia, en ratas de laboratorio y es bastante rara en ratas mantenidas como mascotas. La cola en anillo puede provocar hinchazón y, con el tiempo, la pérdida de la parte de la cola situada por debajo de la constricción. A menudo, es necesaria la extirpación quirúrgica de toda o parte de la cola, y los muñones de la cola suelen curarse sin complicaciones. La cola en anillo puede prevenirse proporcionando una humedad ambiental del 30 al 70 %, reduciendo las corrientes de aire y manteniendo la temperatura de la jaula entre 64 °F y 79 °F (18 °C a 26 °C).

Tiña

La tiña es causada por hongos, denominados dermatofitos, que parasitan la piel. La infección se disemina por contacto directo o por camas, lechos o materiales de jaula contaminados, y puede infectar a los humanos y a otros animales. La tiña aparece con poca frecuencia en las ratas. Las ratas infectadas pueden no presentar signos visibles. Sin embargo, algunas ratas afectadas tienen áreas de pérdida de pelo y piel enrojecida, irritada o escamosa. El tratamiento debe ser dirigido por su veterinario e incluye la eliminación del hongo mediante el uso de agentes antimicóticos tópicos u orales. Aunque una infección fúngica puede desaparecer por sí sola en varias semanas, el tratamiento puede reducir la posibilidad de que el animal afectado transmita la enfermedad a las personas u otros animales.

Infección estafilocócica

Esta infección es causada por la bacteria Staphylococcus, que se encuentra habitualmente en la piel de la mayoría de los animales, incluidas las ratas. La infección se produce cuando la piel está dañada por arañazos o picaduras. Las ratas con sistemas inmunitarios debilitados son más propensas a infectarse. Se puede observar piel inflamada y úlceras en cabeza y cuello, y los abscesos resultantes pueden agrandarse y diseminarse debajo de la piel para formar bultos alrededor de cara y cabeza. La infección se trata con antibióticos o pomadas antibióticas/esteroides aplicadas según se indique. Para evitar un daño mayor causado por el rascado, se deben cortar las uñas traseras.

Trastornos renales y urinarios de las ratas

La nefrosis crónica progresiva (glomerulonefrosis) es una enfermedad común de las ratas de edad avanzada. Implica la inflamación de los vasos sanguíneos del riñón. La enfermedad y su gravedad están influenciadas por el sexo y los antecedentes hereditarios de la rata, y por factores dietéticos como el contenido de proteínas y el consumo total de calorías. La enfermedad se produce antes y es más grave en ratas macho que en hembras. Las ratas afectadas están letárgicas y pierden peso, y pueden tener mayor sed y micción. Desafortunadamente, no existe tratamiento y la afección siempre es mortal. El tratamiento de apoyo puede disminuir los signos.

Enfermedades que pueden transmitirse de ratas a personas

  1. Borreliosis

  2. Leptospirosis

  3. Melioidosis

  4. Peste

  5. Fiebre por mordedura de rata

  6. Tularemia

  7. Tifus murino

  8. Himenolepiasis (tenia de la rata)

  9. Salmonelosis

  10. Tiña

La leptospirosis es una infección bacteriana de las vías urinarias que se ha descrito con mayor frecuencia en ratas y ratones silvestres. Se puede transmitir potencialmente a ratas y humanos. El diagnóstico se basa en análisis de sangre o en el aislamiento de la bacteria en la orina. No se recomienda el tratamiento, debido al riesgo de infección humana.

Ciertosgusanos redondos (nematodos) ocasionalmente infestan la vejiga de la rata, pero estos parásitos rara vez se han descrito. El tratamiento es similar al de los casos de oxiuros intestinales ( ver Parásitos intestinales, anteriormente).

Los urolitos (cálculos) se producen en riñones y vejiga de las ratas de mayor edad. Las ratas afectadas no muestran signos o pueden tener sangre en orina, y otros signos de inflamación o infección de la vejiga. La cirugía puede ser necesaria para eliminar los cálculos. Si los cálculos obstruyen el paso de la orina o dañan los riñones, puede producirse la muerte.

Trastornos que afectan a múltiples aparatos y sistemas orgánicos de las ratas

Algunos trastornos de las ratas pueden afectar a más de un sistema orgánico. Estas afecciones también se denominan trastornos generalizados o sistémicos. Los trastornos que afectan a múltiples sistemas orgánicos de las ratas se enumeran a continuación.

Infección por el virus de la coriomeningitis linfocítica

La infección por este virus se produce ocasionalmente en las ratas. Las ratas pueden infectarse en tiendas de mascotas por contacto con otros roedores infectados (ratones, cobayas o hámsteres) o por contacto con orina o heces de roedores silvestres, como los ratones domésticos. La infección se transmite al toser, estornudar o entrar en contacto directo con orina o saliva de animales infectados. La mayoría de las ratas infectadas no muestran signos. Sin embargo, algunas ratas son portadoras del virus y lo excretan en grandes cantidades a través de la orina. No hay un tratamiento eficaz. Los animales afectados se deben eutanasiar y la jaula se ha de higienizar y desinfectar adecuadamente.

Es posible que las ratas con este virus transmitan la infección a los humanos, en quienes puede causar una enfermedad grave. Puede causar signos similares a los de la gripe o meningitis vírica, una inflamación del cerebro y la médula espinal. Sin embargo, las infecciones humanas por roedores domésticos son raras.

Infección por parvovirus

Esta infección vírica es poco frecuente en ratas mantenidas como mascotas. Durante la etapa activa de la infección, las ratas infectadas tienen camadas pequeñas, cachorros nacidos muertos, infertilidad y congestión. Las ratas infectadas pueden desarrollar una hemorragia (sangrado) mortal y muerte celular en el cerebro y las gónadas. Todos los parvovirus son altamente contagiosos. La transmisión se produce a través del contacto directo con orina o heces infectadas, o por la contaminación de objetos (como la cama) en el entorno. Es necesario desinfectar la jaula para eliminar el virus. No existe ningún tratamiento en la actualidad.

Poliarteritis nudosa

La poliarteritis nodosa implica la inflamación de las paredes de las arterias y puede afectar a muchos órganos. La causa de la enfermedad es desconocida. Pueden producirse ataques cardiacos y aneurismas en ratas con poliarteritis nodosa. No existe un tratamiento eficaz y la mayoría de las ratas con poliarteritis nudosa no reciben un diagnóstico definitivo, sino hasta después de su muerte.

Salmonelosis

Esta enfermedad, causada por bacterias Salmonella, es poco común en las ratas de compañía. Sin embargo, las hembras gestantes y las ratas lactantes corren un mayor riesgo de infección. La infección se transmite al ingerir alimentos contaminados por heces y suele estar asociada a alimentos, agua o cama contaminados por roedores silvestres. Las ratas afectadas pueden tener un abdomen distendido (barriga), diarrea, deshidratación, pérdida de peso, pelo áspero, depresión y muerte súbita. El aborto espontáneo puede producirse en las ratas gestantes. Las ratas infectadas también pueden transmitir la enfermedad a las personas. No existe tratamiento. Las ratas afectadas se deben aislar y la jaula se ha de higienizar y desinfectar para eliminar cualquier fuente potencial de contaminación.

Neoplasias y tumores de las ratas

Las ratas son muy sensibles al desarrollo de tumores. Su veterinario probablemente recomendará la extirpación quirúrgica del tumor, ya que los tumores pueden crecer y diseminarse a otras partes del organismo. La extracción precoz permite obtener el mejor resultado con la menor posibilidad de complicaciones y recidiva.

Tumor mamario, rata

Los queratoacantomas son tumores benignos de la piel. Se desarrollan en pecho, dorso o cola.

Los fibroadenomas mamarios son los tumores más comunes en las ratas. Debido a que las ratas tienen el tejido mamario ampliamente distribuido, los tumores pueden encontrarse debajo de la piel en cualquier parte del lado ventral del cuerpo, desde el mentón hasta la cola. Tanto las ratas hembras como los machos pueden desarrollar tumores. Por lo general, estos tumores son crecimientos blandos, redondos o algo planos que pueden moverse con una presión firme. Su veterinario realizará una cirugía para extirpar el tumor, pero la recidiva en otras partes del cuerpo es común. La mayoría de estos tumores no se vuelven malignos (cancerosos).

Los tumores de la hipófisis, una glándula ligada al cerebro que controla la secreción hormonal, son comunes en ratas, especialmente en hembras. El desarrollo de estos tumores aumenta con el consumo de dietas ricas en calorías. Las ratas afectadas presentan inclinación de cabeza y depresión, y pueden morir repentinamente. No hay un tratamiento eficaz.

La mayoría de los tumores testiculares en ratas son benignos. El tratamiento recomendado, cuando es necesario, es la extirpación quirúrgica del testículo.

Los tumores de la glándula de Zymbal son infrecuentes en ratas. Se desarrollan en la base de la oreja en ratas mayores. Estos tumores pueden ser malignos, por lo que, por lo general, los veterinarios los extirpan.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre enfermedades y trastornos de las ratas.