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Traumatismos de los tejidos blandos de la boca en pequeños animales

PorBrenda L. Mulherin, DVM, DAVDC, College of Veterinary Medicine, Iowa State University
Revisado/Modificado Modificado nov 2024
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Lesiones por masticación en pequeños animales

Una lesión proliferativa verrucosa de la mucosa masticatoria puede ser el resultado de un traumatismo autoinducido por mordedura de la mejilla, el labio, el paladar, la lengua o la región sublingual (véanse las imágenes de un animal que se mastica la lengua) cuando el tejido queda atrapado entre los dientes o es perforado por estos durante la masticación, el jadeo o la oclusión.

Debe realizarse una biopsia y un examen histológico si una lesión unilateral parece sospechosa para neoplasia. Se pueden monitorear las lesiones pequeñas. Las lesiones de gran tamaño se extirpan quirúrgicamente para evitar la exacerbación (inflamación e infección) por traumatismos posteriores. También puede abordarse la causa del traumatismo (p. ej., alisado y sellado de los bordes afilados de un diente fracturado, movimiento ortodóncico, reducción de la corona o tratamiento endodóntico, o extracción de un diente desalineado).

Este tipo de lesiones se encuentran con frecuencia en animales braquicéfalos, con lenguas y mejillas generalmente más grandes. Además, los perros y gatos afectados presentan una disoclusión de clase 3, oclusión en la que la mandíbula sobresale más que el maxilar, lo que predispone a la lengua, el labio y las mejillas a un contacto más traumático con los dientes.

Quemaduras orales en pequeños animales

Las quemaduras térmicas, químicas y eléctricas que afectan a la boca no son poco frecuentes. El propietario de la mascota puede haber observado el incidente, pero lo más habitual es que ocurra en su ausencia. El paciente duda en comer o beber, presenta hipersalivación y le molesta que le toquen la boca o la cara.

Perlas y trampas

  • Los animales que mastican cables eléctricos suelen desarrollar una cicatriz lineal en la superficie lingual dorsal, que esboza el recorrido del cable eléctrico.

Los animales con sospecha de quemadura deben ser evaluados y tratados por afectación sistémica, la cual puede ser potencialmente mortal (p. ej, edema pulmonar neurogénico).

  • La lengua, labios, mejillas, paladar, mucosa labial y bucal, mucosa alveolar, encía y hueso subyacente se ven afectados con frecuencia en las quemaduras eléctricas (véase imagen de quemadura eléctrica maxilar).

  • Las lesiones cáusticas por agentes químicos suelen afectar lengua y paladar.

  • El plano nasal, los labios y la punta de la lengua se ven afectados con mayor frecuencia por la exposición a líquidos sobrecalentados o alimentos blandos.

Las lesiones pueden ser leves, solo con molestias temporales (con más frecuencia en el caso de las quemaduras térmicas y químicas), o pueden ser destructivas, con pérdida sustancial de tejido necrótico, formación de cicatrices y la posterior deformidad o déficit tisular (normalmente, en el caso de las quemaduras eléctricas; véase imagen de quemadura eléctrica cicatrizada).

Las quemaduras por masticar cables eléctricos son más frecuentes en gatitos, cachorros y conejos. Los animales que mastican cables eléctricos suelen desarrollar una cicatriz lineal en la superficie lingual dorsal, que esboza el recorrido del cable eléctrico. Una o ambas comisuras labiales pueden presentar una cicatriz o herida, y las coronas de los dientes afectados pueden cambiar de color, llegando a requerir tratamiento endodóntico o extracción debido a pulpitis y necrosis irreversibles.

Si se ha producido un contacto reciente con un producto químico alcalino corrosivo, debe enjuagarse la boca con una solución diluida de vinagre o zumo de cítricos. Si el producto químico era ácido, debe utilizarse una solución diluida de bicarbonato de sodio. Los lavados bucales copiosos con agua pueden ayudar a eliminar los residuos químicos. Lo más común es que el paciente sea visto mucho después de la exposición, por lo que los intentos de neutralización química resultan ineficaces.

Se debe cortar o lavar el pelo si se sospecha que contiene residuos del producto químico cáustico.

Los animales que presentan inflamación de la mucosa oral sin defectos tisulares no requieren ningún tratamiento de apoyo específico, salvo una dieta blanda o líquida hasta que las lesiones hayan cicatrizado. Puede considerarse el uso de analgésicos para aliviar las molestias.

Si el daño tisular es extenso, el desbridamiento quirúrgico y la reparación deben retrasarse hasta que haya una demarcación clara entre el tejido sano y el dañado.

Los defectos que provocan un deterioro funcional (p. ej., defectos del paladar que causan comunicación oronasal) deben repararse una vez que las lesiones circundantes hayan granulado y aparezcan indicios de reepitelización.

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