Las anomalías ureterales más comunes son los uréteres ectópicos y el ureterocele. Otras anomalías ureterales menos frecuentes son la aplasia y la duplicación.
Ectopia ureteral en animales
La ectopia ureteral es una anomalía congénita en la que uno o ambos uréteres desembocan en una ubicación anómala, distal a la ubicación normal en el trígono vesical. Estos uréteres defectuosos pueden desembocar en uretra, útero o vagina. El uréter ectópico unilateral se produce con la misma frecuencia en el lado derecho y en el izquierdo, y en aproximadamente el 25 % de los casos, están afectados ambos lados. Los uréteres ectópicos pueden ser extramurales (se saltan la vejiga urinaria y desembocan en una ubicación más distal) o intramurales (entran en la superficie serosa de la vejiga en la ubicación dorsolateral normal, pero atraviesan la submucosa y terminan en la porción distal del cuello vesical, en la uretra o en el vestíbulo vaginal). Los uréteres ectópicos suelen ser consecuencia de la interrupción del desarrollo de los conductos mesonéfricos y metanéfricos.
Los uréteres ectópicos aparecen asociados con frecuencia a otras anomalías, como el hidrouréter, la hidronefrosis, la hipoplasia renal, la hipoplasia de la vejiga urinaria o la incompetencia del esfínter uretral.
Los uréteres ectópicos pueden darse tanto en perros como en gatos. En perros, el diagnóstico se realiza principalmente en animales de 3 a 6 meses de edad, y la afección es mucho más frecuente en hembras que en machos. En perros, la prevalencia descrita para los uréteres ectópicos es de 0,016-0,045 % (1). El motivo por el cual esta afección se diagnostica con mayor frecuencia en perras es que la incontinencia urinaria se detecta más fácilmente en las hembras.
La ectopia ureteral es hereditaria en muchas razas de perro, como labrador retriever, husky siberiano, golden retriever, terranova o bulldog inglés. Se sospecha que también existe un componente genético en west highland white terriers, fox terriers, caniches miniatura y caniches toy.
En caballos, la ectopia ureteral es la anomalía congénita más común de las vías urinarias; al igual que en perros, es mucho más común en potras que en potros.
Los uréteres ectópicos rara vez se identifican como un problema clínico en el ganado vacuno, ovino o porcino.
El signo clásico es un goteo continuo de orina, aunque los animales con uréteres ectópicos unilaterales pueden presentar una micción normal. La incapacidad para llevar a cabo un vaciado normal sugiere la existencia de uréteres ectópicos bilaterales. También puede producirse una leve vaginitis o vulvitis, a causa de la irritación producida por la orina.
El diagnóstico se confirma mediante ecografía o urografía IV, que traza el recorrido del uréter hasta la ubicación anormal.
Cortesía del Ontario Veterinary College.
El tratamiento quirúrgico exitoso consiste en el trasplante de los uréteres afectados a la vejiga urinaria o bien en la ureteronefrectomía. Una revisión reciente de uréteres ectópicos tratados quirúrgicamente en perras indicó que factores como el lado de afectación, la unilateralidad o bilateralidad, la presencia de hidrouréter o la presencia de infecciones de las vías urinarias no eran significativos para el desarrollo de incontinencia posoperatoria (2). Otro estudio mostró que 14 de 30 perras (47 %) con uréteres ectópicos tratadas mediante ablación láser guiada por cistoscopia fueron capaces de mantener la continencia urinaria sin tratamiento adicional, mientras que en otras 9 perras se solucionó el problema administrando un tratamiento adicional tras la ablación. En total, logró mantenerse la continencia urinaria en 23/30 (77 %) perras tratadas (3).
Las indicaciones para la ureteronefrectomía incluyen la afección renal ipsilateral grave, como hipoplasia, hidronefrosis o pielonefritis, siempre que el riñón contralateral funcione correctamente. Las complicaciones posoperatorias más importantes son persistencia de incontinencia, hidronefrosis y disuria. La incontinencia se produce con más frecuencia en casos de uréteres ectópicos bilaterales y puede deberse a un desarrollo anormal del cuello de la vejiga urinaria y de la uretra. Un fármaco adrenérgico, como la fenilpropanolamina (1,5 mg/kg, por vía oral, cada 24 h, a largo plazo), puede ayudar a reducir la incontinencia (4).
Ureteroceles en animales
Los ureteroceles se caracterizan por una dilatación del segmento submucoso del uréter dentro de la vejiga urinaria.
El diagnóstico se realiza mediante ecografía o urografía excretora.
Si la lesión es unilateral y hay hidronefrosis secundaria e hidrouréter, el tratamiento apropiado es la ureteronefrectomía. Cuando la porción proximal del uréter y el riñón no están afectados, se puede realizar una escisión o incisión del ureterocele y ligar la porción distal del uréter ectópico.
Referencias
Dean PW, Bojrab MJ, Constantinescu GM. Canine ectopic ureter. Compend Contin Educ Vet. 1988;10(2):146–162.
Ho LK, Troy GC, Waldron DR. Clinical outcomes of surgically managed ectopic ureters in 33 dogs. J Am Anim Hosp Assoc. 2011;47(3):196-202. doi:10.5326/JAAHA-MS-5495
Berent AC, Weisse C, Mayhew PD, Todd K, Wright M, Bagley D. Evaluation of cystoscopic-guided laser ablation of intramural ectopic ureters in female dogs. J Am Vet Med Assoc. 2012;240(6):716-725. doi:10.2460/javma.240.6.716
Baines SJ, Speakman AJ, Williams JM, Cheeseman MT. Genitourinary dysplasia in a cat. J Small Anim Pract. 1999;40(6):286-290. doi:10.1111/j.1748-5827.1999.tb03081.xC