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Clamidiosis aviar

(Psitacosis, ornitosis, fiebre del loro)

PorArnaud J. Van Wettere, DVM, PhD, DACVP, College of Veterinary Medicine, Utah State University
Revisado/Modificado Modificado oct 2024
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La clamidiosis aviar es una infección bacteriana sistémica, a menudo causada por Chlamydia psittaci. Entre las aves de producción, los pavos y los patos son más susceptibles que los pollos. La enfermedad varía de asintomática hasta sumamente virulenta. Los signos clínicos son inespecíficos e incluyen anorexia, apatía, descenso en la producción de huevos, diarrea, secreción ocular y enfermedad respiratoria. El diagnóstico se realiza mediante serología, cultivo o PCR. El tratamiento consiste en antibióticos como las tetraciclinas. La clamidiosis aviar es una zoonosis y causa neumonía atípica en humanos.

La clamidiosis aviar puede ser una infección asintomática inaparente, o una enfermedad aguda, subaguda o crónica de aves domésticas o silvestres, que se caracteriza por provocar una infección respiratoria, digestiva o sistémica. La enfermedad es una causa significativa de pérdida económica en muchas partes del mundo.

La clamidiosis aviar es una zoonosis y causa neumonía atípica en humanos. Se denomina psitacosis o fiebre del loro en las especies de aves psitácidas y ornitosis en las especies de aves no psitácidas.

Etiología y patogenia de la clamidiosis aviar

Chlamydia psittaci, el principal patógeno causante de clamidiosis aviar, es una bacteria intracelular obligada. Se reconocen ocho serotipos aviares, según la unión de los anticuerpos monoclonales a los epítopos de la proteína principal de la membrana externa; de estos, 6 (A-F) infectan especies aviares y son distintos de los serotipos de Chlamydia en mamíferos.

Las cepas de C. psittaci se han clasificado usando diferencias genéticas en el gen omp1 en nueve genotipos. Siete de estos (A, B, C, D, E, F y E/B) se encuentran en especies aviares y suelen corresponder al serotipo equivalente. Más adelante se describieron seis genotipos adicionales.

Cada serotipo/genotipo aviar tiende a relacionarse con ciertos tipos de aves (consulte la tabla Asociaciones entre genotipos aviares de y tipos de aves). Los serotipos A y D son altamente virulentos para pavos y pueden causar una mortalidad ≥30 %. Los serotipos B y E son los más frecuentemente obtenidos de aves silvestres. Los serotipos aviares pueden infectar a las personas (especialmente los A, B y E/B) y a otros mamíferos.

El ciclo de vida de C. psittaci implica cuatro etapas:

  • Cuerpos elementales (partículas extracelulares contagiosas, resistentes en el medio ambiente; consulte la imagen de cuerpos elementales).

  • Cuerpos intermedios (fase de transición intracelular con características morfológicas entre cuerpo elemental y cuerpo reticulado).

  • Cuerpos reticulados (etapa de replicación intracelular)

  • Cuerpos aberrantes (partículas intracelulares sin capacidad de replicación, formadas en determinadas circunstancias estresantes [p. ej., tratamiento con antimicrobianos] que revierten a cuerpos reticulados cuando desaparece el factor estresante).

Después de la inhalación o ingestión desde el ambiente, los cuerpos elementales se fijan a las células epiteliales de la mucosa y se internalizan por endocitosis. Los cuerpos elementales situados en los endosomas del citoplasma celular inhiben la formación de fagolisosomas y se diferencian en cuerpos reticulados, no infecciosos y metabólicamente activos. Estos se dividen y multiplican por fisión binaria, y finalmente forman numerosos cuerpos elementales infecciosos y metabólicamente inactivos. Los cuerpos elementales de reciente formación se liberan de la célula hospedadora mediante lisis.

Tabla
Tabla

Otras especies de Chlamydiaceae suelen tener una cantidad más limitada de hospedadores aviares. Las siguientes especies de Chlamydia infectan, entre otras, a las siguientes aves:

  • Chlamydia gallinacea: común en gallinas; también infecta a pavos y gallinas de Guinea.

  • Chlamydia avium: palomas y psitácidas.

  • Chlamydia buteonis: aves de presa.

  • Candidatus Chlamydia ibidis: ibis.

La infección por C. gallinacea es asintomática, pero puede causar reducción en la ganancia de peso de pollos de engorde y la muerte en huevos embrionados de pollo sometidos a infección experimental. La infección por C. avium suele ser asintomática; sin embargo, se informaron casos aislados de enfermedad respiratoria en psitácidas y un caso mortal en palomas picazuro. Se observan cepas de Chlamydia abortus estrechamente relacionadas con C. psittaci en aves de producción y silvestres, pero no se han asociado con la enfermedad. Todavía no se ha determinado el potencial zoonótico de estas especies de Chlamydia.

Epidemiología de la clamidiosis aviar

La clamidiosis aviar es una enfermedad de notificación obligatoria; se deben seguir la normativas gubernamental estatal y locale donde sea aplicable. La enfermedad tiene distribución geográfica mundial.

Se han identificado infecciones por clamidias en, por lo menos, 465 especies aviares, especialmente aves de jaula (principalmente psitácidas), colonias de aves que anidan (p. ej., garcetas, garzas), ratites, rapaces y aves de producción. Entre las especies domésticas, las más frecuentemente afectadas son pavos y patos.

La transmisión se produce principalmente por la ruta fecal-oral o por inhalación. La secreción respiratoria o las heces de aves infectadas contienen cuerpos elementales, resistentes a la desecación, que pueden seguir siendo infecciosos durante varios meses cuando se encuentran protegidos por desechos orgánicos (p. ej., basura y heces). Las partículas suspendidas en el aire y el polvo pueden diseminar el microorganismo.

Después de la inhalación o ingesta de cuerpos elementales, el periodo de incubación suele ser de 3-10 días, pero puede ser de hasta varias semanas en aves de edad avanzada o después de una baja exposición. El hospedador y los factores microbianos, la ruta e intensidad de la exposición y el tratamiento determinan el curso clínico.

Es posible la transmisión a través de artrópodos por ectoparásitos hematófagos. La transmisión vertical se ha documentado en varias especies de aves, como pavos, pollos y patos.

Las posibles fuentes de C. psittaci incluyen lo siguiente:

  • Contacto con aves infectadas o portadoras asintomáticas.

  • Transmisión vertical desde aves infectadas.

  • Mamíferos infectados.

  • Artrópodos infectados.

  • Ambientes contaminados.

Los factores estresantes (p. ej., transporte, hacinamiento, reproducción, clima frío o húmedo, cambios en la dieta o disponibilidad reducida de alimentos) y las infecciones concomitantes, especialmente las que causan inmunodepresión, pueden iniciar la diseminación en aves con infección latente y provocar la recidiva de los signos clínicos. En pavos, las infecciones por C. psittaci y Ornithobacterium rhinotracheale son a menudo concomitantes. Los portadores suelen difundir los microorganismos de forma intermitente durante periodos prolongados. La persistencia de C. psittaci en las glándulas nasales de aves que se hallan infectadas crónicamente puede ser una fuente importante de diseminación persistente.

Son habituales las infecciones latentes a largo plazo, que duran meses o años, y se consideran la relación normal entre Chlamydia y el hospedador. La prevalencia de la infección varía considerablemente entre las especies y la localización geográfica:

  • Las psitácidas suelen desarrollar infecciones con manifestaciones clínicas.

  • La infección es endémica en lotes comerciales de pavos; la ausencia de signos clínicos o signos respiratorios leves y la baja mortalidad son comunes. Los brotes son raros.

  • Aunque los pollos son relativamente resistentes a desarrollar signos de clamidiosis, la infección asintomática es frecuente.

  • Las aves silvestres son a menudo seropositivas para C. psittaci.

Hallazgos clínicos y lesiones de la clamidiosis aviar

La gravedad de los signos clínicos y de las lesiones de la clamidiosis aviar dependen de la virulencia del microorganismo, la dosis infecciosa, los factores de estrés y la sensibilidad de la especie de ave. Las infecciones asintomáticas son frecuentes.

Los signos clínicos incluyen lo siguiente:

  • Secreción nasal y ocular.

  • Conjuntivitis.

  • Sinusitis.

  • Excrementos de color verde a amarillo verdoso (diarrea).

  • Fiebre.

  • Inactividad.

  • Plumas erizadas.

  • debilidad

  • Inapetencia.

  • Distensión celómica a partir de hepatoesplenomegalia.

  • pérdida de peso

  • Disminución en la producción de huevos.

En loros, son frecuentes los signos respiratorios, apatía, debilidad, heces verdosas y distención celómica. Muchos loros tienen infección asintomática.

Los signos respiratorios predominan en pavos y pollos. La diarrea acuosa suele estar presente en patos. Las aves jóvenes son más propensas a desarrollar una enfermedad grave. Los pollos son relativamente resistentes a la enfermedad, pero se observan casos mortales en aves jóvenes. Los patitos podrían presentar temblor, desequilibrio en la marcha, diarrea acuosa, conjuntivitis, rinitis, anorexia y pérdida de peso.

Las palomas adultas podrían tener conjuntivitis y rinitis. En los pichones, se observan poliserositis fibrinosa, hepatitis y enteritis.

Los resultados de las pruebas clinicopatológicas varían según el órgano afectado y la gravedad de la enfermedad. Los cambios hematológicos más frecuentemente presentes son la anemia y la leucocitosis con heterofilia y monocitosis. Los ácidos biliares plasmáticos, la AST, la LDH y el ácido úrico pueden estar elevados.

Una radiografía, TC, ecografía o laparoscopia pueden revelar un hígado y bazo agrandados y sacos aéreos engrosados.

Los hallazgos de la necropsia en las infecciones agudas de clamidiosis aviar incluyen lo siguiente:

  • Poliserositis serofibrinosa (aerosaculitis, pericarditis, perihepatitis, peritonitis).

  • Bronconeumonía.

  • Necrosis hepática.

  • Hepatomegalia (consulte la imagen de hepatitis).

  • Esplenomegalia.

Consulte las imágenes de clamidiosis aguda con poliserositis en palomas y clamidiosis con hepatomegalia en loris.

Se observan lesiones similares en otras infecciones bacterianas sistémicas, por lo que no son específicas de la clamidiosis aviar. Pueden observarse pequeñas inclusiones bacterianas granulares y basófilas intracitoplasmáticas en múltiples tipos de células (p. ej., células epiteliales, macrófagos), tanto en la citología como en la histopatología.

En las infecciones crónicas, se puede apreciar agrandamiento y palidez del bazo o del hígado. No suelen observarse necrosis ni inclusiones bacterianas. En las aves con infección latente, no suele haber lesiones, incluso aunque se disemine C. psittaci en secreciones respiratorias y heces.

Diagnóstico de la clamidiosis aviar

  • Para lotes: pruebas serológicas, necropsia y PCR.

  • Para individuos: demostración de la eliminación del microorganismo mediante PCR o cultivo, un aumento en los títulos de anticuerpos o una combinación de prueba serológica y PCR o cultivo.

Debido a la variedad de presentaciones clínicas y a la frecuente aparición de portadores de infección latente, no existe una prueba diagnóstica única que permita determinar de forma confiable la infección por Chlamydia spp. Se usan procedimientos para detectar el organismo o los anticuerpos.

En general, cuanto más aguda es la enfermedad, mayor es el número de microorganismos infecciosos y más fácil es establecer el diagnóstico. Cuando las aves están gravemente enfermas, los hallazgos clínicos, incluidas las pruebas hematológicas, análisis bioquímicos y evaluación radiológica o lesiones macroscópicas características, permiten un diagnóstico provisional.

La combinación de una prueba serológica con una prueba de detección de antígeno, PCR o cultivo constituye un esquema diagnóstico práctico para confirmar la clamidiosis. En aves individuales vivas, la muestra preferida para el cultivo bacteriano o la PCR son los hisopos conjuntivales, coanales y cloacales. Se recomienda recoger múltiples muestras durante 3-5 días para la detección de excreción intermitente en aves asintomáticas.

Los anticuerpos podrían no detectarse según la prueba utilizada, el nivel de la infección y su etapa. La prueba de anticuerpos suele utilizarse para diferenciar la exposición previa de la infección actual. La interpretación de los títulos obtenidos en muestras únicas de suero es difícil. Un aumento de cuatro veces los títulos, entre muestras pareadas de la fase aguda y convaleciente, es diagnóstico, y títulos altos en la mayoría de las muestras de varias aves de una población son suficientes para un diagnóstico presuntivo.

Los métodos serológicos incluyen la fijación directa y modificada del complemento, la aglutinación de cuerpos elementales, el ELISA de anticuerpos y la inmunofluorescencia indirecta. La prueba de aglutinación detecta IgM y es útil para determinar una infección reciente. Los métodos de fijación del complemento son más sensibles que los métodos de aglutinación. Los títulos elevados de anticuerpos pueden persistir durante años después del tratamiento y complicar la evaluación de las pruebas posteriores.

La infección por otras especies de Chlamydiaceae, como C. gallinacea en pollos y C. avium en palomas y psitácidas, puede complicar la interpretación de las pruebas serológicas, ya que los anticuerpos detectados probablemente no son específicos para C. psittaci.

Los métodos de detección antigénica incluyen inmunohistoquímica (p. ej., inmunofluorescencia, inmunoperoxidasa) y ELISA. La hibridación in situ (ISH) también puede usarse para detectar ácidos nucleicos en porciones de tejido.

La especificidad y la sensibilidad de los kits de ELISA desarrollados para la detección de Chlamydia trachomatis en personas son inciertas cuando se usan para la detección de C. psittaci. Parecen tener una buena especificidad, pero una sensibilidad algo baja, y no son un ensayo recomendado para el diagnóstico. Estos análisis son más útiles cuando las aves están clínicamente enfermas.

La PCR es la prueba más sensible y específica. Existen PCR para Chlamydiaceae y C. psittaci. Sin embargo, los resultados pueden diferir entre laboratorios, debido a la falta de cebadores de PCR estandarizados y a las variaciones de los métodos de laboratorio. Los resultados falsos positivos son una preocupación con la PCR, porque la contaminación cruzada puede producirse con relativa facilidad durante el muestreo de aves individuales dentro de un aviario.

Los hallazgos macroscópicos y las lesiones histológicas no son patognomónicos. El microorganismo algunas veces puede identificarse en frotis de tejidos afectados (p. ej., hígado, bazo y pulmón). Las clamidias se tiñen de púrpura con tinciones de Giemsa y de rojo con tinciones de Macchiavello y Giménez. La inmunohistoquímica es más sensible que las tinciones histoquímicas para detectar bacterias en tejidos; sin embargo, puede producirse reactividad cruzada con microorganismos no clamidiales.

La hibridación in situ y la microscopía electrónica también pueden usarse para confirmar el diagnóstico.

El aislamiento y la identificación de C. psittaci pueden realizarse en embriones de pollo o cultivos celulares (p. ej., BGM, L929, Vero) en un laboratorio cualificado. Los hisopos cloacales, coanales, orofaríngeos, conjuntivales o fecales (en medio de transporte especial para Chlamydia) de aves vivas o tejidos (preferiblemente hígado y bazo) de aves muertas deben refrigerarse y enviarse de inmediato al laboratorio. La congelación, desecación, manipulación incorrecta y los medios de transporte inadecuados pueden afectar a la viabilidad. Se debe contactar con el laboratorio para obtener instrucciones sobre cómo enviar las muestras.

Otras infecciones simultáneas ocasionadas por enfermedades de más fácil diagnóstico (p. ej., colibacilosis, pasteurelosis, infecciones por herpesvirus, enfermedades micóticas) pueden enmascarar la infección por clamidias. Deberían correlacionarse los hallazgos clínicos y de laboratorio. Debe establecerse un diagnóstico diferencial de la clamidiosis y de otras enfermedades respiratorias y sistémicas de aves.

Tratamiento y prevención de la clamidiosis aviar

  • Tetraciclinas

  • Manejo por lotes, bioseguridad, higiene y cuarentena

El tratamiento de la clamidiosis aviar previene la mortalidad y la diseminación, pero no se puede confiar en que elimine la infección latente; el virus puede volver a diseminarse.

Las tetraciclinas (clortetraciclina, oxitetraciclina, doxiciclina) son los antimicrobianos de elección. La resistencia a las tetraciclinas es rara; sin embargo, está empezando a ser más frecuente una sensibilidad reducida, que requiere la administración de dosis más elevadas. Las tetraciclinas son bacteriostáticas y eficaces solo contra microorganismos en multiplicación activa, por lo que son necesarios tiempos de tratamiento prolongados (2-8 semanas, durante las cuales las concentraciones mínimas inhibitorias en sangre deben mantenerse de forma constante).

La doxiciclina es el fármaco de elección actual, ya que se absorbe mejor y tiene menos afinidad por el calcio, mejor distribución tisular y una semivida más prolongada que otras tetraciclinas. La doxiciclina, agregada al alimento o al agua, también puede permitir niveles sanguíneos adecuados y tiene menos efecto sobre la flora intestinal normal que la clortetraciclina.

La dosis y la duración del tratamiento varían entre especies. Los protocolos derivados de estudios controlados, realizados en las especies particulares tratadas, deben usarse cuando estén disponibles. Véase también la información en el entre humanos (psitacosis) y pájaros domésticos (clamidiosis aviar), 2017, de la Asociación Nacional de Veterinarios Estatales de Salud Pública .

Para la mayoría de las especies, debe mantenerse el tratamiento ininterrumpido durante 45 días, de modo que los antimicrobianos alcancen a los microorganismos de C. psittaci durante la fase de replicación de su ciclo de vida. En la etapa de cuerpos elementales dentro de los macrófagos, los antimicrobianos no pueden alcanzar a la bacteria, ya que deben estar en fase de replicación activa para que el fármaco funcione. Cuando las tetraciclinas se administran oralmente, se deben reducir las fuentes adicionales de calcio dietético (p. ej., bloque mineral, suplemento, hueso de sepia) para minimizar la interferencia con la absorción del fármaco.

En periquitos, 30 días de tratamiento pueden ser eficaces; en estudios recientes se demostró que periodos de tratamiento más cortos, de 21-30 días, también pueden ser eficaces (1). Sin embargo, dado que los periquitos pueden ser portadores y excretores de C. psittaci sin mostrar signos clínicos, muchos veterinarios prefieren tratar a los periquitos con infección potencial con el ciclo entero de 45 días de doxiciclina.

Los brotes de enfermedad clínica en lotes de aves de producción no son comunes. El tratamiento de los lotes infectados con clortetraciclina (441-827 g/tonelada métrica [400-750 g/tonelada] de alimento), durante un periodo mínimo de 2 semanas, ha reducido de manera eficaz el riesgo potencial de infección para los empleados de las granjas. El alimento medicado debe reemplazarse por alimento no medicado durante 2 días, o más, antes del sacrificio y procesamiento. La suplementación con calcio debe suspenderse durante el tratamiento con clortetraciclina, y la concentración de calcio en el alimento debe reducirse a ≤0,7 %. Se debe proporcionar alimento medicado durante 45 días, si se pretende la eliminación del microorganismo.

La persistencia de los residuos de oxitetraciclina en huevos de gallinas ponedoras es de 9 días, y la persistencia de los residuos de doxiciclina es de 26 días, después de la administración a 0,5 g/l durante 7 días. El tratamiento de aves de producción con doxiciclina es extraoficial, pues su uso en aves productoras de alimentos no está autorizado en los EE. UU. Los veterinarios que quieran recetar este fármaco para su uso en animales destinados a la alimentación deben obtener la aprobación gubernamental previa; para ello, deben comunicarse con el Food Animal Residue Avoidance Databank.

Las psitácidas son la especie más afectada clínicamente por la clamidiosis. Las palomas también pueden infectarse con C. psittaci; pueden o no presentar signos clínicos, al igual que los loros infectados, pero sirven como un importante reservorio de diseminación zoonótica de esta enfermedad.

Las aves infectadas suelen tratarse con doxiciclina oral durante un ciclo ininterrumpido de 45 días, o con doxiciclina inyectable de acción prolongada. Los veterinarios que tratan la clamidiosis con doxiciclina inyectable de acción prolongada deben investigar cuidadosamente la formulación que utilizan antes de usarla; algunas formulaciones de doxiciclina inyectable se asociaron con reacciones tisulares, y las formulaciones de hiclato de doxiciclina preparadas por farmacéuticos se asociaron con informes anecdóticos de muerte súbita (2).

En su mayor parte, las pautas posológicas de doxiciclina para el tratamiento de las clamidias en aves no están validadas. Según las recomendaciones de tratamiento, se indican dosis orales a partir de 25 mg/kg, cada 24 horas, en psitácidas, con intervalos de dosis precisos que varían según la especie. En el entre humanos (psitacosis) y pájaros domésticos (clamidiosis aviar), se sugieren los siguientes intervalos de dosis por especie:

  • ninfas: 25-35 mg/kg, cada 24 horas;

  • loros de Senegal y loros amazónicos de frente azul y alas anaranjadas: 25-50 mg/kg, cada 24 horas;

  • loros grises africanos, cacatúas de Goffin; guacamayos azules y dorados, guacamayos de alas verdes: 25 mg/kg, cada 24 horas. 

La pauta de doxiciclina más frecuente para el tratamiento de loros y palomas es de 25-50 mg/kg, por vía oral, cada 12-24 horas (3). Este medicamento puede causar regurgitación, especialmente en guacamayos y cacatúas, por lo que debe utilizarse a la dosis más baja en estas especies.

Además de la doxiciclina, se ha documentado que la azitromicina oral (40 mg/kg, cada 48 horas mientras dure el tratamiento) es un tratamiento eficaz para las ninfas.

La doxiciclina inyectable es eficaz en el tratamiento de la psitacosis cuando se administra a 60-100 mg/kg, SC o IM, cada 5-7 días, durante 45 días (3); sin embargo, este fármaco puede causar inflamación tisular y necrosis en pacientes cuando se administra por vía IM. Por lo tanto, es preferible la administración SC.

Todas las aves en contacto con el ave clínicamente afectada, aunque no presenten signos clínicos, deben recibir tratamiento para prevenir la reinfección a partir de portadores asintomáticos.

En parvadas infectadas, el uso de alimentos medicados con clortetraciclina durante 45 días fue históricamente una recomendación estándar para tratar la clamidiosis en aves importadas. Sin embargo, las dificultades relacionadas con la palatabilidad del alimento y la alta cantidad de antimicrobiano necesaria para alcanzar concentraciones sanguíneas adecuadas han limitado el uso de la clortetraciclina.

En ausencia de información específica, se ha sugerido una dosis inicial provisional de doxiciclina (400 mg/l de agua, o 25-50 mg/kg/día, por vía oral, cada 12-24 horas, durante 45 días).

Prevención de la clamidiosis aviar

No hay ninguna vacuna disponible eficaz contra la clamidiosis aviar.

Es necesario implantar prácticas de bioseguridad apropiadas para controlar la introducción y propagación de clamidias en una población aviar. Los estándares mínimos de bioseguridad incluyen lo siguiente:

  • Cuarentena y examen de todas las aves nuevas.

  • Prevención de la exposición a aves silvestres.

  • Control del tráfico para minimizar la contaminación cruzada.

  • Aislamiento y tratamiento de aves afectadas y en contacto.

  • Limpieza y desinfección a fondo de las instalaciones y el equipo (preferiblemente con unidades pequeñas, manejadas en lotes cerrados).

  • Suministro de alimentos no contaminados.

  • Mantenimiento de registros de todos los movimientos de aves.

  • Monitorización continua de la presencia de infección por clamidia.

El microorganismo es sensible al calor (puede destruirse en <5 minutos a 56 °C) y a la mayoría de los desinfectantes (p. ej., cloruro de amonio cuaternario 1:1000, solución de lejía 1:100, alcohol al 70 %, etc.), pero es resistente a ácidos y bases. Puede persistir durante meses en la materia orgánica, como la cama y el material de los nidos, por lo que es necesaria una limpieza a fondo antes de la desinfección.

Riesgo zoonótico de la clamidiosis aviar

La clamidiosis aviar es una enfermedad zoonótica que puede afectar a los humanos tras la exposición a organismos en aerosol liberados desde el tracto digestivo o respiratorio de aves vivas o muertas infectadas, o bien durante la manipulación de aves, tejidos (p. ej., en mataderos) o camas contaminadas.

La enfermedad humana es resultado, por lo general, de la exposición a psitácidas domésticas y puede darse incluso si solo se produce un breve contacto con una única ave infectada. Otras personas en estrecho contacto con aves, como criadores de palomas, veterinarios, granjeros, rehabilitadores de animales silvestres, cuidadores de zoológicos y empleados de mataderos y plantas de procesado o de criaderos, también corren riesgo de infección. La transmisión zoonótica de C. psittaci en trabajadores de la industria avícola está probablemente subestimada.

Las personas deben tomar precauciones, cuando examinan aves infectadas vivas o muertas, para evitar la exposición (p. ej., mascarilla antipolvo y careta o gafas de plástico, guantes, detergente desinfectante para mojar las plumas y campana de exploración con ventilación).

La infección en humanos varía desde ausencia de síntomas hasta desarrollo de signos clínicos gripales y enfermedad respiratoria (p. ej., neumonía). Raramente aparece endocarditis, miocarditis, hepatitis y encefalitis. Las personas inmunodeprimidas tienen un mayor riesgo de desarrollar signos clínicos de clamidiosis aviar.

Conceptos clave

  • La clamidiosis aviar es una infección bacteriana sistémica causada por Chlamydia psittaci.

  • El diagnóstico en aves se realiza mediante serología, necropsia y PCR.

  • La clortetraciclina y doxiciclina se usan para tratar la clamidiosis.

  • La clamidiosis es una enfermedad de notificación obligatoria; los casos en seres humanos suelen estar causados por la exposición a psitácidas mascotas.

Para más información

Referencias

  1. Guzman, DSM, Diaz-Figueroa O, Tully T Jr, et al. Evaluating 21-day doxycycline and azithromycin treatments for experimental Chlamydophila psittaci infection in cockatiels (Nymphicus hollandicus). J Avian Med Surg. 2010;24(1);2010:35-45. doi:10.1647/2009-009R.1

  2. Flammer K, Papich M. Assessment of plasma concentrations and effects of injectable doxycycline in three psittacine species. J Avian Med Surg, 2005;19(3):216-224.  doi:10.1647/2004-007.1

  3. Sanchez-Megallon Guzman D, Beaufrere H, Welle KR, Heatley JJ, Visser M, Harms CA. Birds. En: Carpenter JW, Harms CA, eds. Carpenter's Exotic Animal Formulary. 6th ed. Elsevier Saunders; 2023:232.