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Peste porcina clásica

(Cólera porcino, peste porcina)

PorGuillermo R. Risatti, DVM, PhD, Department of Pathobiology and Veterinary Science, College of Agriculture, Health and Natural Resources, University of Connecticut;
Manuel Borca, DVM, PhD, Plum Island Animal Disease Center, Agricultural Research Service, US Department of Agriculture
Revisado/Modificado Modificado mar 2024
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La peste porcina clásica es una enfermedad viral altamente infecciosa y, a menudo, letal de los cerdos. Por lo general, los cerdos infectados por el virus de la peste porcina clásica presentan fiebre, hemorragias, letargo, diarrea amarillenta, vómitos y coloración púrpura de la piel en orejas, abdomen caudal y patas. También pueden observarse signos neurológicos, fallos reproductivos y abortos. Las pruebas diagnósticas para la detección de la enfermedad incluyen la RT-qPCR, el aislamiento del virus, el ensayo de inmunofluorescencia y la detección de anticuerpos mediante pruebas de serología como el ELISA y la neutralización del virus. No hay tratamiento para la peste porcina clásica.

La peste porcina clásica (PPC) es una enfermedad viral altamente infecciosa; los casos deben notificarse a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Las autoridades nacionales de sanidad animal notifican los casos a la OMSA; por lo tanto, los casos sospechosos de PPC se suelen notificar primero a las autoridades locales de sanidad animal.

A nivel mundial, el virus de la peste porcina clásica (VPPC) se considera patógeno de alta incidencia. No hay tratamiento para la infección por el VPPC. En cambio, la vacunación frente al VPPC con vacunas de virus vivos atenuados (LAV) previene la enfermedad y se suele emplear en regiones donde la PPC es endémica. Los países considerados libres de la enfermedad no aplican vacunas.

Perlas y trampas

  • No hay tratamiento para la peste porcina clásica, pero la vacunación es muy eficaz para su prevención.

La infección con cepas altamente virulentas del VPPC suele conducir a la muerte de los animales infectados, mientras que las cepas de virulencia moderada o baja inducen una enfermedad crónica. Los casos sospechosos se confirman mediante pruebas de laboratorio, en laboratorios con autorización oficial.

Etiología de la peste porcina clásica

La peste porcina clásica está causada por un virus de ARN con cubierta, que pertenece al género Pestivirus, de la familia Flaviviridae.

El VPPC está antigénicamente relacionado con otros pestivirus, sobre todo con el virus de la diarrea vírica bovina (BVDV) de los terneros y el virus de la enfermedad de la frontera (BDV) del ganado ovino. Estos virus tienen una alta prevalencia en las poblaciones bovina y ovina; la infección con estos virus en cerdos es posible, pero poco común. La transmisión de los pestivirus de rumiantes a cerdos suele requerir el contacto directo con el ganado vacuno, ovino o caprino. En la mayoría de los casos, las infecciones por pestivirus de rumiantes en cerdos se resuelven rápidamente y no producen signos clínicos que indiquen PPC. Sin embargo, las infecciones por BVDV o BDV inducen una respuesta de anticuerpos en cerdos. Por lo tanto, en cerdos con sospecha de PPC, se deben aplicar pruebas de diferenciación de anticuerpos para distinguir las infecciones por el VPPC de las causadas por pestivirus de rumiantes.

El VPPC infecta de forma natural a miembros de la familia Suidae, es decir, a cerdos domésticos y silvestres. El VPPC tiene solo un serotipo, pero presenta una variabilidad antigénica menor entre cepas. Las cepas pueden clasificarse con fines epidemiológicos mediante la secuenciación del genoma completo del virus o de regiones específicas del genoma vírico (es decir, las regiones 5'UTR, E2 y NS5B), combinada con el análisis filogenético.

El virus es moderadamente frágil y no persiste en el medio ambiente ni se disemina a grandes distancias por vía aérea. Sin embargo, puede sobrevivir en ambientes húmedos y en medios ricos en proteínas, como tejidos de cerdo y líquidos corporales, especialmente si se mantienen en refrigeración o congelación. Se han observado tiempos de supervivencia del virus de hasta varios años en carne de cerdo congelada. El VPPC también puede sobrevivir durante meses en cortes curados o refrigerados.

Epidemiología de la peste porcina clásica

El virus de la peste porcina clásica se distribuye en todo el mundo (consulte datos sobre eventos de la Organización Mundial de Sanidad Animal). Se considera endémica en ciertos países de América del Sur y Central, en la cuenca del Caribe y en muchos países productores de carne de cerdo de Asia. Las explotaciones nacionales de cerdos de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, EE. UU. y algunos países de Europa están libres de la enfermedad. El cerdo es la principal fuente de infección por el VPPC, ya sea a partir de animales vivos infectados o productos crudos derivados de carne de cerdo.

En las zonas donde el VPPC es endémico, la principal preocupación es la diseminación de la enfermedad a través del movimiento de los animales infectados. Los jabalíes y las especies de la familia Suidae son sensibles a la infección por el VPPC. En Europa, el VPPC es endémico en las poblaciones de jabalíes, que suelen ser la fuente de brotes de PPC en cerdos domésticos. Los brotes de PPC también pueden estar causados por la introducción del virus en las explotaciones a través de la alimentación con desperdicios.

El VPPC se inactiva fácilmente con el calor (es decir, al cocinarlo), lo que subraya la importancia del tratamiento térmico al que deben someterse los desperdicios alimentarios antes de dárselos a los cerdos. Asimismo, para minimizar los riesgos de brotes de enfermedades, muchos países han prohibido por completo las prácticas de alimentación con desperdicios. La transmisión mecánica del VPPC a través de vehículos, equipos y personal que se desplaza entre granjas de cerdos también está implicada en la diseminación de la enfermedad. Se ha observado la persistencia del VPPC en explotaciones durante periodos prolongados.

Las infecciones de las cerdas durante la gestación, con cepas de virulencia mínima o moderada del VPPC, pueden dar lugar a infecciones intrauterinas en los fetos. Estas infecciones dan lugar a que las camadas nazcan de forma persistente infectadas con el VPPC, siendo portadoras del virus y fuente de nuevas infecciones. Los cerdos portadores, infectados de forma persistente, no suelen mostrar signos clínicos, pero constantemente excretan el VPPC al medio ambiente. Por lo tanto, es importante tener en cuenta las infecciones por el VPPC al analizar explotaciones que presentan fallos reproductivos inexplicables o signos clínicos en lechones, como temblores u otras anomalías congénitas.

Presumiblemente, en China, el uso generalizado de las vacunas frente al VPPC ha dado lugar a la aparición de variantes resistentes del VPPC, que no se neutralizan por completo con la respuesta inmunitaria derivada de las vacunas. Las cepas aisladas del genotipo 2.1 del VPPC se neutralizan con sueros de cerdos vacunados con la cepa LAV C en menor medida que las cepas aisladas de los genotipos 2.2 y 2.3. Aún no se ha determinado la relación de estos hallazgos con el potencial fallo de la vacuna.

Hallazgos clínicos y lesiones de la peste porcina clásica

La peste porcina clásica se caracteriza por fiebre, hemorragias, ataxia y coloración púrpura de la piel; sin embargo, la presentación clínica varía según las características del hospedador y la cepa particular del virus que causa la infección. La principal lesión producida por la infección por el VPPC es una vasculitis generalizada, que se manifiesta clínicamente como hemorragias y cianosis de la piel, sobre todo en orejas, abdomen caudal y extremidades (consulte fotografía del cambio de coloración hemorrágico de la piel). Es posible observar un eritema generalizado de la piel. La vasculitis del CNS conduce a incoordinación (es decir, marcha tambaleante) o, incluso, a convulsiones. Histológicamente, se observa comúnmente una encefalitis no supurativa con manguitos vasculares característicos.

La PPC se presenta en varias formas, que incluyen la aguda, la crónica y la asintomática.

Las formas agudas de la PPC, asociadas con cepas muy virulentas, se caracterizan por un periodo de incubación de 3-7 días, y se produce la muerte en los 10 días siguientes a la infección. Se suele observar fiebre (>41 °C) que persiste hasta las fases terminales de la enfermedad, momento en el que la temperatura corporal baja y pasa a ser inferior a la normal. Es común el estreñimiento, seguido de diarrea y vómitos. En la necropsia, los hallazgos principales consisten en petequias diseminadas y hemorragias equimóticas, especialmente en ganglios linfáticos (p. ej., mandibulares, retrofaríngeos y gastrohepáticos), amígdalas, laringe, riñones, bazo, vejiga e íleon (consulte fotografías de hemorragias de estómago, epiglotis y ganglios linfáticos gastrohepáticos).

Pueden producirse infartos, particularmente en la periferia del bazo. Macroscópicamente, además de las lesiones descritas previamente, pueden desarrollarse úlceras "en botón" en el intestino, en particular cerca de la válvula ileocecal. Histológicamente, se presenta atrofia del timo y disminución de los folículos linfoides en los ganglios linfáticos. En la forma subaguda, la muerte suele producirse en los 20-30 días posteriores a la infección; en la afección crónica, la muerte puede producirse mucho más tarde.

Las formas crónicas de la enfermedad también se caracterizan por fiebre alta, marcha tambaleante, tos, diarrea, coloración púrpura de la piel y muerte. En las formas crónicas de la PPC, tras una fase inicial febril aguda, los animales infectados pueden mostrar una recuperación aparente, pero luego presentan una recaída, con anorexia, depresión, fiebre y deterioro progresivo del estado general (p. ej., marcada pérdida de peso). Las formas subaguda y crónica de la enfermedad están asociadas con cepas del VPPC de virulencia moderada a baja, respectivamente.

Las cepas de baja virulencia pueden ser difíciles de detectar y son causa de presentaciones asintomáticas; la única expresión clínica puede ser una tasa reproductiva reducida en las cerdas y el nacimiento de lechones con defectos neurológicos (p. ej., temblor congénito). Se debe solicitar asesoramiento al laboratorio receptor sobre las muestras de cerdos que se puedan utilizar para detectar el VPPC. Los tejidos adecuados para detectar la presencia del virus son las amígdalas, los ganglios linfáticos (mandibulares, retrofaríngeos, gastrohepáticos y mesentéricos), el bazo, el riñón y el íleon.

La sangre completa con ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) como anticoagulante puede utilizarse para el aislamiento del virus o para su detección, sobre todo durante la fase virémica de la infección. Las muestras de sangre coagulada (suero) se toman cuando es preciso realizar pruebas de serología para la detección de anticuerpos del VPPC. Los hisopos nasales y los raspados amigdalinos son muestras clínicas que se recogen comúnmente para detectar el virus (es decir, ácido ribonucleico [ARN] viral). Los animales infectados excretan cantidades significativas del VPPC al medio ambiente a través de la vía oronasal, en especial al principio de la infección.

Diagnóstico de la peste porcina clásica

  • RT-PCR

  • Detección de antígenos por inmunofluorescencia directa

Pruebas diagnósticas para detectar el VPPC: El diagnóstico de la PPC se basa en los signos clínicos, pruebas de serología, detección de antígenos en los tejidos, aislamiento del virus y detección del ARN del virus de la VPPC. Dado que los signos clínicos en cerdos infectados con el VPPC también se observan con otras enfermedades porcinas, siempre se requiere confirmación de laboratorio para diagnosticar la enfermedad.

Clínicamente, el diagnóstico diferencial varía según el curso de la PPC. La peste porcina africana es el principal diferencial porque esta enfermedad tiene una presentación clínica similar (consulte la tabla Diagnósticos diferenciales de la peste porcina clásica). También deben considerarse las lesiones hemorrágicas, las enfermedades sistémicas de los cerdos y los fallos reproductivos causados por otros agentes infecciosos y no infecciosos.

Perlas y trampas

  • Dado que los signos clínicos en cerdos infectados con el VPPC también se observan con otras enfermedades porcinas, siempre se requiere confirmación de laboratorio para diagnosticar la enfermedad. La peste porcina africana es el principal diagnóstico diferencial.

Prueba de serología: Los anticuerpos frente al VPPC se detectan más tarde durante la infección (2-3 semanas posinfección). El ELISA y los ensayos de neutralización del virus se usan comúnmente para detectar anticuerpos específicos frente al VPPC. Es importante tener en cuenta que el BVDV y el BDV pueden infectar a los cerdos y reaccionar de forma cruzada en la prueba ELISA. La presencia de anticuerpos frente a pestivirus de los rumiantes en cerdos puede dificultar el diagnóstico serológico de la PPC. Los anticuerpos específicos del BVDV y del BDV se detectan esporádicamente en poblaciones de cerdos. Este método es el preferido para vigilar la PPC.

Detección de antígenos: El antígeno del VPPC se puede detectar utilizando la técnica de la inmunofluorescencia directa en cortes de tejidos congelados, en particular, en muestras de amígdalas, utilizando anticuerpos específicos. La detección de antígenos también se puede realizar mediante ELISA; sin embargo, este ensayo tiene una sensibilidad baja y solo es útil para detectar el VPPC en las explotaciones.

Detección del ARN del VPPC: Los ensayos RT-PCR y RT-qPCR se usan ampliamente para la detección rápida del ARN del VPPC en tejidos, sangre, suero o líquidos oronasales. El ensayo preciso puede diferenciar el VPPC del virus de la diarrea vírica bovina y del BDV. Los métodos estandarizados de RT-PCR pueden ampliarse para analizar un gran número de muestras, lo que permite obtener resultados rápidos y mantener una alta sensibilidad. Este método resulta útil, sobre todo, para detectar animales enfermos en el rebaño durante los brotes de PPC.

Aislamiento viral: El VPPC se aísla en cultivos celulares, inoculados con suspensiones de tejidos, glóbulos blancos o líquidos oronasales, de casos en los que se sospeche PPC. Aunque es preciso, el aislamiento del virus puede tardar días o semanas. En su lugar, se utilizan ampliamente pruebas de detección rápida preclínicas y desplegables en el campo.

Tabla
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Control de la peste porcina clásica

  • Eliminación de las explotaciones expuestas

  • Vacunación

Las vacunas comerciales de PPC vivas atenuadas (LAV) son seguras y muy eficaces, e inducen protección en la primera semana después de la vacunación. Estas LAV, originalmente de la cepa C, se han utilizado en todo el mundo durante más de 50 años, con un historial de seguridad extraordinario. La vacunación oral de jabalíes se ha utilizado con éxito en la Unión Europea, empleando una vacuna de virus vivos atenuados administrada a través de cebos. La vacunación oral ha sido una estrategia fundamental para controlar la PPC, principalmente cuando la administración parenteral de la vacuna no es factible.

En la década de 1990, se autorizaron las vacunas de subunidades frente al VPPC, que contienen solo la principal glucoproteína vírica de superficie del virus. Aunque estas vacunas permiten diferenciar a los animales infectados de los vacunados (capacidad DIVA), carecen de la eficacia de las vacunas de virus vivos atenuados, ya que requieren 3-4 semanas, o revacunación, para inducir una protección sólida. Se han desarrollado vacunas marcadoras de nueva generación frente al VPPC, para que la vacunación de emergencia sea compatible con el control de la PPC.

En 2014, la Agencia Europea de Medicamentos autorizó una vacuna de virus vivos atenuados (1). La vacuna se basa en la quimera de pestivirus, que transporta la glucoproteína E2 de una cepa aislada del VPPC, en un esqueleto del virus de la diarrea vírica bovina de tipo 1. Los cerdos vacunados con estos virus genéticamente modificados generan una respuesta de anticuerpos que puede distinguirse de la respuesta provocada por cepas aisladas del VPPC. La eficacia protectora inducida por estos virus es similar a la inmunidad inducida por una LAV de primera generación.

La aplicación de una vacuna marcadora es posible, si pruebas como el ELISA pueden distinguir entre los anticuerpos producidos en respuesta a una infección natural y los producidos por la vacunación. Este es el principio DIVA, que se basa en la detección de anticuerpos específicos frente al VPPC, los cuales se desarrollan en el hospedador solamente con la infección por VPPC, pero no con la vacunación con una vacuna marcadora. Estos ensayos se han diseñado como pruebas complementarias, necesarias para el desarrollo y autorización de vacunas marcadoras de PPC. El sacrificio de los animales de las explotaciones infectadas se usa para prevenir la expansión de la enfermedad durante los brotes en países no endémicos. Las vacunas muy eficaces de virus vivos atenuados se utilizan ampliamente en áreas endémicas para controlar la diseminación de la PPC.

La peste porcina clásica es una enfermedad de declaración obligatoria. El control suele estar estrictamente regulado por normativas locales que establecen estrictas medidas sanitarias. No existe un tratamiento específico.

Los países recuperarán su estado de libre de PPC (ausencia de detección de anticuerpos o virus en animales) después de establecer que el VPPC ya no está presente en la explotación nacional de cerdos. Los países libres de PPC prohíben el uso de la vacunación profiláctica y ejercen un control estricto del movimiento de animales, incluidos los cerdos domésticos. En estos países, las explotaciones afectadas por un brote de PPC se ponen en cuarentena y los animales expuestos son sacrificados. A veces, los cerdos se sacrifican de manera preventiva dentro de las zonas de cuarentena establecidas. La vacunación de emergencia en anillo alrededor del brote puede prevenir una mayor diseminación del VPPC.

En los países donde el virus es endémico, se usa la vacunación profiláctica. Si se aplica sistemáticamente, la vacunación puede conducir a la eliminación del VPPC de las explotaciones porcinas.

Conceptos clave

  • La peste porcina clásica es una enfermedad viral de los cerdos, de declaración obligatoria, muy infecciosa y, a menudo, mortal.

  • La PPC es endémica en muchos países de América Central y del Sur, el Caribe y Asia.

  • No existe tratamiento frente a la PPC.

  • La vacunación con vacunas altamente eficaces se usa cuando la enfermedad es endémica para prevenir la expansión del VPPC.

  • La vacunación no se aplica en países libres de la enfermedad. En cambio, se aplica la confirmación rápida de los casos sospechosos, seguida de cuarentena y vacío sanitario de las explotaciones afectadas.

Para más información

Referencias

  1. Blome S, Wernike K, Reimann I, König P, Moß C, Beer M. A decade of research into classical swine fever marker vaccine CP7_E2alf (Suvaxyn® PPC Marker): a review of vaccine properties. Vet Res. 2017;48(1):51. doi:10.1186/s13567-017-0457-y