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Signos de enfermedad en las aves domésticas

Revisado/Modificado Modificado jul 2011
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Los dueños deben familiarizarse con los comportamientos y rutinas normales de sus aves para poder detectar cambios sutiles en su conducta, consumo de alimento o agua, nivel de energía y apariencia general ( ver Signos generales de enfermedad en las aves). En la naturaleza, la mayoría de las aves son instintivamente conscientes de que son presa de muchos otros animales. En estas condiciones, las aves a menudo intentarán ocultar cualquier debilidad o enfermedad. Los propietarios de aves domésticas deben ser conscientes de este mecanismo de defensa incorporado y estar atentos a los cambios sutiles en su ave. Cualquier cambio en la actividad, el apetito, el comportamiento o el estado de las plumas es una señal de que su ave debe ser examinada para detectar una posible enfermedad o lesión. Uno de los primeros signos de enfermedad que observan los propietarios astutos de loros puede ser una disminución del habla u otras vocalizaciones. Los propietarios a menudo pasan por alto estos cambios precoces y la atención médica se retrasa hasta que la afección está demasiado avanzada para una atención óptima. Con el estado de alerta por su parte, la atención se puede proporcionar más rápidamente y su mascota puede vivir una vida más larga y saludable.

Signos generales de enfermedad en las aves

  • Plumas esponjadas.

  • Aumento del sueño u ojos cerrados.

  • Inactividad o falta de interés por el entorno.

  • Disminución o cambios en la vocalización o el canto.

  • Posarse en las perchas más bajas.

  • Posarse en el fondo de la jaula.

  • Colgarse del lado de la jaula por el pico en lugar de posarse.

  • Debilidad

  • Perder el equilibrio, tambalearse o caerse de la percha.

  • Caminar en círculos.

  • Temblores o convulsiones.

  • Cambios en la respiración, como respiración con el pico abierto, silbidos o chasquidos al respirar, estornudos, balanceo de la cola al respirar.

  • Secreción o costras alrededor de las fosas nasales.

  • Intolerancia al ejercicio (respiración pesada después del ejercicio o incapacidad para hacer ejercicio).

  • Ojos opacos, hundidos o de color anormal.

  • Alas caídas.

  • Bultos o hinchazón de cualquier parte del cuerpo.

  • Picarse las plumas o el cuerpo.

  • No acicalarse.

  • Cambios en el color, consistencia, cantidad o frecuencia de los excrementos u orina.

  • Aumento o disminución del apetito o la sed.

  • Vómitos o regurgitación.

  • Pérdida de peso (use una báscula) y/o quilla prominente (esternón).

Cuando un ave está enferma, el veterinario a menudo recogerá y analizará una muestra de sangre del ave. Los análisis de sangre, radiografías y otras pruebas diagnósticas pueden ayudar en el diagnóstico de la enfermedad, al igual que lo hacen en los humanos y otros animales.