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Enfermedad de Addison (hipoadrenocorticismo) en animales

PorLaura Van Vertloo, DVM, MS, DACVIM, Iowa State University, College of Veterinary Medicine
Revisado/Modificado Modificado jul 2024
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La enfermedad de Addison (hipoadrenocorticismo) es el resultado de una falta de glucocorticoides, mineralocorticoides o ambos. La insuficiencia aislada de aldosterona es muy infrecuente, mientras que la insuficiencia aislada de glucocorticoides probablemente está infradiagnosticada por la ausencia de anomalías electrolíticas. Los signos clínicos del hipoadrenocorticismo son a menudo vagos, pueden aumentar y disminuir con el tiempo, rara vez son patognomónicos y pueden estar presentes durante días, semanas o meses antes del diagnóstico. El diagnóstico depende de una historia clínica exacta, una exploración física y pruebas de laboratorio de detección (hemograma completo, panel químico, análisis de orina). La confirmación requiere la prueba de la función suprarrenal mediante la prueba de estimulación con ACTH. El tratamiento es muy eficaz, pero a menudo dura toda la vida.

La enfermedad de Addison, o hipoadrenocorticismo, es el resultado de una carencia de mineralocorticoides y glucocorticoides.  Ocurre principalmente en perros. Suele aparecer en adultos jóvenes o de mediana edad, pero se ha descrito un amplio intervalo de edades. Las hembras se ven afectadas más comúnmente.

La enfermedad de Addison puede afectar a cualquier raza de perro. Los perros mestizos son los diagnosticados con mayor frecuencia; sin embargo, numerosas razas están sobrerrepresentadas, incluidos el nova scotia duck tolling retriever, el gran danés, el caniche estándar, el west highland white terrier, el bearded collie y el perro de agua portugués. La enfermedad de Addison se ha descrito con poca frecuencia en otros mamíferos domésticos, como gatos y caballos. 

La mayoría de los casos de enfermedad de Addison canina se deben a una insuficiencia corticosuprarrenal primaria, cuya causa se desconoce, pero se sospecha que es de origen inmunitario. Otras causas de insuficiencia corticosuprarrenal son los fármacos citotóxicos (mitotano), los inhibidores de la enzima corticosuprarrenal (trilostano), la infiltración de las glándulas suprarrenales por neoplasia metastásica o enfermedad granulomatosa y la hemorragia de las glándulas suprarrenales. 

Algunos animales desarrollan una deficiencia aislada de glucocorticoides, denominada "enfermedad de Addison atípica", que puede evolucionar a una deficiencia de mineralocorticoides.

Aunque poco frecuente, la enfermedad de Addison secundaria, resultante de una secreción deficiente de ACTH de la hipófisis, puede ocurrir y es clínicamente indistinguible de la deficiencia aislada de glucocorticoides resultante de una insuficiencia corticosuprarrenal primaria. Una concentración baja de ACTH endógena con un diagnóstico conocido de enfermedad de Addison sugiere un diagnóstico de enfermedad de Addison secundaria.

Hallazgos clínicos de la enfermedad de Addison en animales

Dado que son muchos los sistemas corporales afectados por las hormonas corticosuprarrenales, los signos clínicos de deficiencia son variables y pueden ser imprecisos. Por lo general, predominan los signos gastrointestinales, como pérdida de apetito, pérdida de peso, vómitos y diarrea. El letargo es común y también se ha descrito poliuria o polidipsia. Estos signos pueden aumentar y disminuir, y suelen aparecer o agravarse con el estrés. 

Aunque los signos clínicos de la enfermedad de Addison en perros pueden ser leves inicialmente, algunos perros desarrollan una afección potencialmente mortal caracterizada por hipovolemia e hipotensión (crisis addisoniana). Los animales afectados también pueden presentar hiperpotasemia grave que da lugar a bradiarritmias, hipoglucemia y azoemia, así como vómitos y diarrea graves, que pueden ser hemorrágicos.

Diagnóstico de la enfermedad de Addison en animales

  • Anamnesis y síntomas clínicos

  • Hallazgos clinicopatológicos

  • Prueba de estimulación con ACTH

Los signos clínicos asociados a la enfermedad de Addison suelen ser vagos, inespecíficos y variables entre pacientes; por ello, los clínicos deben mantener un índice de sospecha en pacientes con antecedentes de tales signos.

La deficiencia de mineralocorticoides y glucocorticoides da lugar a una constelación de anomalías características que son evidentes en la evaluación rutinaria de laboratorio.

  • La deficiencia de glucocorticoides provoca la ausencia de un leucograma de estrés en el hemograma, caracterizado por una ausencia inapropiada de linfocitopenia o incluso una linfocitosis con o sin eosinofilia.

  • La anemia leve, normocítica, normocrómica, no regenerativa es típicamente evidente, debido al papel de los glucocorticoides en la eritropoyesis. Sin embargo, el eritrograma también puede verse alterado por la hipovolemia (hemoconcentración) o la pérdida de sangre GI.

  • La deficiencia de mineralocorticoides provoca hiperpotasemia, hiponatremia y acidosis metabólica.

  • Las relaciones sodio:potasio (Na:K) <27 sugieren la enfermedad de Addison, pero no son patognomónicas.

  • La azoemia puede ser el resultado de una combinación de pérdida de líquidos debida a poliuria, vómitos y diarrea, así como de hipotensión. La azoemia suele corregirse rápidamente con líquidos, y la progresión a insuficiencia renal no es frecuente; sin embargo, una densidad urinaria baja concurrente debida a pérdidas renales de sodio y agua puede hacer que una crisis addisoniana simule una enfermedad renal primaria.

  • La hipoglucemia puede ser consecuencia de una deficiencia de glucocorticoides y puede ser grave.

Otros hallazgos clinicopatológicos comunes en la enfermedad de Addison son la hipoalbuminemia, la hipocolesterolemia y la hipercalcemia ionizada de leve a moderada.

El diagnóstico definitivo del hipoadrenocorticismo requiere una prueba de estimulación con ACTH en la que se mide la concentración de cortisol antes y después de la administración de ACTH exógena. Los protocolos varían; sin embargo, la técnica de prueba de estimulación con ACTH más utilizada consiste en medir la concentración de cortisol sérico inicial, administrar ACTH sintética (5 μg/kg de tetracosactida IV, una vez) y medir de nuevo la concentración de cortisol sérico 1 hora después. 

Los perros con enfermedad de Addison muestran un aumento mínimo o nulo en la concentración de cortisol en respuesta a la ACTH (lo que se describe como un resultado de "línea plana"). Para el diagnóstico de la enfermedad de Addison, la concentración de cortisol después de administrar ACTH debe ser inferior al intervalo de referencia del laboratorio (<2 μg/dl). 

Alternativamente, una concentración inicial de cortisol >2 μg/dl descarta eficazmente el hipoadrenocorticismo. Sin embargo, la medición de la concentración inicial de cortisol no es suficiente para diagnosticar la enfermedad y, si es <2 μg/dl, debe realizarse un seguimiento con pruebas de estimulación con ACTH. 

Obsérvese que una prueba de estimulación con ACTH diagnóstica de la enfermedad de Addison solo confirma la deficiencia de glucocorticoides. En la práctica, se asume un diagnóstico de deficiencia de mineralocorticoides en pacientes con enfermedad de Addison que presentan alteraciones electrolíticas concurrentes, específicamente una proporción baja de Na:K.

Tratamiento de la enfermedad de Addison en animales

  • Fluidoterapia IV.

  • Corrección de la hipoglucemia

  • Antieméticos, antinauseas y cuidados nutricionales de apoyo

  • Reposición de glucocorticoides y mineralocorticoides

El tratamiento específico del hipoadrenocorticismo en perros depende del estado del perro y de las anomalías presentes.

Tratamiento de urgencia

Los perros en crisis addisoniana deben ser tratados de urgencia. 

La base del tratamiento es la fluidoterapia intravenosa para corregir el choque y la deshidratación. En la mayoría de los casos es apropiado un líquido cristaloide de reposición; ocasionalmente, se necesitan tipos de líquidos alternativos porque la corrección rápida de la hiponatremia grave puede dar lugar a complicaciones neurológicas por mielinólisis. 

Deben vigilarse estrechamente la presión arterial y las concentraciones de electrolitos. 

Si hay hipoglucemia, está indicado administrar un suplemento de dextrosa por vía intravenosa. 

En perros con arritmias por hiperpotasemia grave, puede administrarse un tratamiento de urgencia con gluconato cálcico al 10% (1 ml/kg, IV, durante 10 minutos) para proteger el corazón de los efectos de la hiperpotasemia. Puede administrarse dextrosa, con o sin insulina regular (teniendo cuidado de evitar la hipoglucemia), para favorecer la translocación intracelular de potasio. Como alternativa, puede utilizarse bicarbonato sódico o agonistas de los receptores betaadrenérgicos (p. ej., terbutalina).

Deben aplicarse cuidados de apoyo antieméticos, antináuseas y nutricionales cuando estén indicados. 

Deben administrarse rápidamente glucocorticoides IV de sustitución. Existen múltiples glucocorticoides disponibles en forma IV; sin embargo, el fosfato sódico de dexametasona (0,1 mg/kg, IV, cada 12 horas, disminuyendo cuando sea apropiado) es un tratamiento razonable de primera línea porque actúa rápidamente y puede administrarse antes de la recogida de muestras para la prueba de estimulación con ACTH (si es necesario) sin interferir en la prueba. 

Si una relación Na:K baja apoya la deficiencia de mineralocorticoides, también debe administrarse pivalato de desoxicorticosterona (DOCP; 2,2 mg/kg, IM, cada 25 días, dependiendo de la respuesta del paciente). Puede considerarse una dosis inicial más baja (1,1-1,5 mg/kg, IM) (1).

Como alternativa, se ha descrito la hidrocortisona (0,5-0,625 mg/kg/hora, IV), un esteroide con actividad mineralocorticoide y glucocorticoide, en el tratamiento inicial de la crisis addisoniana canina. 

Tratamiento no urgente

Para los perros con hipoadrenocorticismo que se encuentran en un estado estable, el tratamiento hormonal sustitutivo puede aplicarse de forma ambulatoria, bien con una combinación de DOCP (sustitución de mineralocorticoides) y prednisona (sustitución de glucocorticoides), bien con fludrocortisona (0,02 mg/kg, por vía oral, cada 24 horas, o dividido cada 12 horas y ajustado según sea necesario). La fludrocortisona es un mineralocorticoide que también tiene algo de actividad glucocorticoide.

Algunos perros que reciben fludrocortisona pueden necesitar un suplemento adicional de glucocorticoides en forma de prednisona. La prednisona (0,5-1 mg/kg, por vía oral, cada 24 horas) se reduce gradualmente durante los primeros días de tratamiento hasta la dosis más baja necesaria para controlar los signos clínicos de deficiencia de glucocorticoides. Tras la reducción, la dosis mínima eficaz suele ser de 0,05-0,1 mg/kg, por vía oral, cada 24 horas, pero puede variar.

Los signos de sobretratamiento de la enfermedad de Addison concuerdan con el hiperadrenocorticismo yatrógeno (poliuria/polidipsia, jadeo, polifagia, mayor susceptibilidad a las infecciones, etc.). En épocas de enfermedad o estrés, debe aumentarse la dosis de mantenimiento de prednisona para prevenir los signos de deficiencia de glucocorticoides. 

El tratamiento se controla mediante la observación de los signos clínicos (deficiencia o exceso de glucocorticoides) y las concentraciones de electrolitos. En el caso de los perros con enfermedad de Addison atípica, también deben controlarse periódicamente los electrolitos, ya que puede desarrollarse una deficiencia de mineralocorticoides. Con un tratamiento y un seguimiento adecuados, el pronóstico a largo plazo de los perros con enfermedad de Addison es bueno.

Conceptos clave

  • A menudo se hace referencia a la enfermedad de Addison como "la gran imitadora" porque los signos clínicos suelen ser vagos y raramente patognomónicos. Por lo tanto, el diagnóstico debe considerarse en pacientes con la semiótica y los signos clínicos adecuados.

  • La medición de la concentración de cortisol en reposo puede descartar el diagnóstico en pacientes que no estén agudamente enfermos; sin embargo, debe realizarse inicialmente una prueba de estimulación con ACTH en pacientes agudamente enfermos o cuando la concentración de cortisol en reposo sea <2 μg/dl.

  • Por lo general, el tratamiento es muy eficaz, suele ser necesario durante toda la vida del paciente y tiene un pronóstico excelente a largo plazo.

Para más información

Referencias

  1. Sieber-Ruckstuhl NS, Reusch CE, Hofer-Inteeworn N, et al. Evaluation of a low-dose desoxycorticosterone pivalate treatment protocol for long-term management of dogs with primary hypoadrenocorticism. J Vet Intern Med. 2019;33(3):1266-1271. doi:10.1111/jvim.15475