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Sarcocistosis en animales

PorGastón A. Moré, DVM, PhD, Immunoparasitology Laboratory, National University of La Plata, Buenos Aires, Argentina
Revisado/Modificado Modificado ene 2021
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La sarcocistosis es una infección intracelular por protozoos que suele ser asintomática, pero puede causar signos gastrointestinales leves, como diarrea, en el ganado vacuno, ovino, porcino y equino, y en perros, gatos y personas. Las estrategias de control típicas son evitar la ingestión de presas o tejidos crudos y reducir la contaminación de la hierba y el agua con heces de hospedadores intermediarios.

La sarcocistosis es una infección intracelular que suele ser crónica y asintomática, y que está producida por protozoos apicomplejos del género Sarcocystis (del griego sarkon "músculo" y kystis "quistes"). El hallazgo principal es la presencia de quistes musculares (sarcoquistes), que pueden ser microscópicos o macroscópicos, en varios hospedadores intermediarios. En ocasiones, puede aparecer una miositis eosinofílica relacionada con sarcoquistes. La presencia de sarcoquistes macroscópicos y especies zoonóticas (Sarcocystis hominis y S. suihominis) podría causar el decomiso de la carne. No se ha descrito un tratamiento eficaz para el estadio crónico intracelular (sarcoquistes). Al microscopio, los quistes están septados y contienen de miles a millones de bradizoitos en forma de plátano.

Etiología, transmisión y patogenia de la sarcocistosis en animales

Sarcocystis spp. se suelen desarrollar en ciclos de dos hospedadores que consisten en un hospedador intermediario (presa: reproducción asexual y desarrollo de quistes musculares) y un hospedador final (depredador o carroñero: reproducción sexual intestinal y producción de ooquistes maduros). Se han descrito más de 250 especies diferentes de Sarcocystis, la mayoría de las cuales se distribuyen por todo el mundo. Los ciclos de vida presa-depredador específicos de especie han sido demostrados para ganado vacuno-perro (S. cruzi), ganado vacuno-gato (S. hirsuta), ganado vacuno-humano (S. hominis), oveja-perro (S. capracanis, S. hircicanis), oveja-gato (S. gigantea, S. medusiformis), cabra-perro (S. capracanis, S. hircicanis), cabra-gato (S. moulei), cerdo-perro (S. meischeriana), cerdo-humano (S. suihominis), cerdo-gato (S. porcifelis), caballo-perro (S. fayeri), llama-perro (S. aucheniae), paloma-halcón (S. calchasi) y otros. Algunos animales silvestres pueden servir de hospedador intermediario (mapaches, roedores, pájaros, etc.) o de hospedador final (coyote, zarigüeyas, serpientes, etc.) para algunas especies de Sarcocystis.

Alrededor de 1-2 semanas después de ingerir tejido muscular que contiene quistes de Sarcocystis spp., el hospedador final expulsa los ooquistes y esporoquistes infecciosos en las heces durante varios meses. Las infecciones intestinales, en la mayoría de los hospedadores finales, son asintomáticas, pero ocasionalmente pueden aparecer síntomas y signos abdominales leves y diarrea en personas y perros. El diagnóstico puede lograrse mediante técnicas de flotación fecal.

Después de la ingestión de esporoquistes por un hospedador intermediario adecuado, los esporozoítos se liberan e inician su desarrollo en forma de esquizontes en el endotelio vascular de las arteriolas mesentéricas y los ganglios linfáticos. En los capilares de varios órganos, se produce una segunda generación de esquizontes endoteliales. Los merozoítos liberados por estos esquizontes invaden las fibras musculares y se convierten en sarcoquistes típicos. Inicialmente, el esporoquiste solo contiene unos pocos metrocitos (células redondas), que dan lugar a los bradizoítos infecciosos en forma de plátano que se encuentran en los quistes maduros (2-3 meses después de la infección). Los sarcoquistes de algunas especies son macroscópicos (S. aucheniae, S. hirsuta, S. gigantea), aunque la mayoría de las especies son microscópicas, incluso con un gran número de quistes presentes en los músculos.

S. cruzi produce quistes microscópicos, principalmente en el miocardio, y pueden afectar al 100 % de algunas poblaciones de ganado vacuno. S. hirsuta ha sido la principal responsable del decomiso del ganado vacuno, debido a sarcoquistes visibles. S. meischeriana es la especie más importante que afecta a los cerdos y puede afectar la calidad de la carne. Los quistes macroscópicos de S. aucheniae son una causa importante de decomiso de la carne de llama, alpaca y guanaco.

Las infecciones naturales suelen ser asintomáticas. Sin embargo, las infecciones experimentales por esporoquistes de S. cruzi causan enfermedad aguda en terneros, miositis eosinofílica en ganado vacuno, y abortos, muerte fetal y muertes en vacas gestantes. Se han descrito casos de encefalitis necrótica y miocarditis mortal en novillas. Se ha demostrado una patogenia similar para S. tenella en corderos y ovejas, y para S. miescheriana en cerdos. Una fuerte infestación por Sarcocystis tuvo como resultado un brote de miositis que afectó a 20 ovejas con parálisis flácida.

Los factores más importantes para el desarrollo de la enfermedad clínica pueden ser el estado inmunitario del hospedador y la dosis de esporoquistes. Se supone que las infecciones naturales se producen con frecuencia con un número reducido de esporoquistes, lo que da lugar a infecciones crónicas y asintomáticas. Los cambios patológicos en el miocardio y los músculos esqueléticos fueron más evidentes en vacas con leucemia linfática. La "inmunización", utilizando dosis reducidas de esporoquistes, parece evitar el desarrollo o reducir la gravedad de la enfermedad clínica en ovejas, cuando posteriormente se les aplican dosis más altas (inmunidad preventiva). En perros, tras la infestación repetida, se sucedieron periodos prepatentes más largos y periodos patentes más cortos.

Las personas también pueden servir como hospedadores intermediarios y sufrir miositis y vasculitis. Hay informes sobre turistas en Malasia que aparentemente ingirieron esporoquistes de S. nesbitti (ciclo biológico mono-serpiente) a partir de alimentos o agua contaminados con heces de serpiente. En humanos, se ha registrado enfermedad intestinal con signos clínicos y síntomas de dolor abdominal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y diarrea de hasta 48 horas de duración tras la ingestión de carne de cerdo cruda o poco cocida o de ternera que contenía sarcoquistes de S. suihominis y S. hominis, respectivamente. La diferenciación morfológica y molecular entre los quistes de S.hominis y S. suihominis de especies no zoonóticas son extremadamente importantes para evitar descartes injustificados. Se pueden identificar diferentes especies mediante estudios moleculares y la morfología de la pared del quiste (principalmente la ultraestructura por microscopía electrónica de transmisión).

Hallazgos clínicos de la sarcocistosis en animales

Las infestaciones por Sarcocystis spp. son bastante prevalentes en los animales de abasto (más del 70 % en algunas poblaciones de herbívoros), sin embargo, ha habido pocos brotes de enfermedad clínica. La mayoría de los animales son asintomáticos y los quistes tisulares (fase crónica) se descubren solo en el momento del sacrificio.

En el ganado afectado gravemente por S. cruzi, los signos clínicos incluyen fiebre, anorexia, caquexia, disminución de la producción láctea, diarrea, espasmos musculares, anemia, pérdida de pelo en la cola, hiperexcitabilidad, debilidad, postración y muerte. Las vacas infestadas durante el último trimestre de la gestación pueden abortar. Después de recuperarse de una enfermedad grave, los terneros pueden presentar un escaso desarrollo y, con el tiempo, pueden morir en un estado de caquexia.

La anemia, la hepatitis y la miocarditis fueron las lesiones primarias en la infección aguda en ovejas, después de la infección experimental con esporoquistes de S. tenella. Después de recuperarse de una enfermedad grave, algunas ovejas pueden perder su vellón. S. tenella también puede inducir el aborto en ovejas. En la necropsia, los animales afectados de forma grave presentan hemorragia en las membranas serosas de las vísceras y el miocardio.

Las infecciones por Sarcocystis spp. revisten probablemente mayor importancia en rumiantes y cerdos en crecimiento, en los cuales pueden provocar anemia subclínica y disminución de la ganancia de peso.

La sarcocistosis en perros y gatos suele ser asintomática pero puede producirse diarrea aguda o crónica. Recientemente, las infecciones por S. caninum y S. svanai se han asociado con miositis grave y síndrome de hepatitis en perros.

La mieloencefalitis protozoaria equina (EMP, Equine Protozoal Myeloencephalitis) está causada principalmente por S. neurona en caballos americanos. Solamente se han encontrado las fases asexuales de este parásito en caballos y pueden estar localizadas en las neuronas y leucocitos del cerebro, y en la médula espinal. Las zarigüeyas (Didelphis virginiana y D albiventris) son sus hospedadores definitivos. En caballos, los signos clínicos consisten en anomalías de la marcha, como ataxia, flexión anormal de las articulaciones (knuckling) y cruce anormal de las extremidades. Es frecuente la atrofia muscular del miembro posterior, que habitualmente es unilateral. Las lesiones suelen ser multifocales y es frecuente la implicación del tronco encefálico. Otros signos clínicos probables son depresión, debilidad, ladeo de la cabeza y disfagia. La EPM puede simular muchas enfermedades neurológicas. Los caballos también pueden desarrollar una miopatía. Se ha descrito miositis multifocal y esta se debe posiblemente a otra especie de Sarcocystis, S. fayeri, con los caballos como hospedadores intermediarios. La PCR es un método diagnóstico importante.

S. calchasi puede producir encefalitis protozoaria en palomas, con lesiones cerebrales graves y quistes musculares al mismo tiempo.

Control de la sarcocistosis en animales

  • No existe un tratamiento eficaz contra los sarcoquistes intracelulares crónicos.

  • Dado que la mayoría de las especies tienen un ciclo biológico presa-depredador, las principales estrategias de control son evitar la ingestión de restos de presas o tejidos crudos por animales omnívoros o carnívoros y reducir la contaminación del pasto y el agua con sus heces.

Dado que la mayoría de los adultos de bovinos, ovejas y de muchos cerdos hospedan quistes en sus músculos, no debe permitirse que el perro u otros carnívoros coman carnes o vísceras crudas, despojos de reses muertas o animales muertos. Los suministros de grano y alimento deben mantenerse cubiertos; no debe permitirse la presencia de perros y gatos en los edificios donde se almacenan piensos o se alojan animales.

El amprolio (100 mg/kg/día durante 30 días), administrado en la alimentación con fines profilácticos, redujo la enfermedad en el ganado vacuno inoculado con S. cruzi. La administración profiláctica de amprolio o salinomicina también protegió a las ovejas infestadas experimentalmente. No hay vacunas disponibles. Los trabajos experimentales demostraron que la carne de cerdo y de res infectada podría ser apta para el consumo, al cocerla a 70 °C durante 15 min, congelándola a –4 °C durante 2 días o a –20 °C durante 1 día.

La pirimetamina y la sulfadiacina (1 mg/kg/día y 20 mg/kg/día, respectivamente, durante 40 días o más) son el tratamiento tradicional para tratar caballos con EPM. El diclazurilo y el toltrazurilo (5 mg/kg) son fármacos profilácticos potencialmente útiles frente a S. neurona.

En perros y gatos se pueden utilizar sulfamidas potenciadas para eliminar la infección intestinal.

Conceptos clave

  • La sarcocistosis es una infección protozoaria crónica y asintomática, distribuida por todo el mundo, que afecta a los músculos de animales y personas. La miositis eosinofílica y la hepatitis pueden estar relacionadas con Sarcocystis spp.

  • La presencia de sarcoquistes macroscópicos y especies zoonóticas (S. hominis y S. suihominis) puede causar el decomiso de la carne.

  • Las infecciones intestinales en los hospedadores finales suelen ser asintomáticas, sin embargo, las personas y los perros pueden experimentar signos y síntomas abdominales.

Para más información

  • J. P. Dubey, R. Calero-Bernal, B. M. Rosenthal, C. A. Speer, R. Fayer. Sarcocystosis of Animals and Humans, CRC Press, Boca Raton, Florida, 2015.

  • Consulte también la información para propietarios sobre la sarcocistosis en perros y gatos.