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Mieloencefalitis protozoaria equina

PorSarah F. Colmer, VMD, DACVIM, University of Pennsylvania
Revisado/Modificado Modificado jul 2024
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La mieloencefalitis protozoaria equina (MPE) está causada por la infección del sistema nervioso central (SNC) de los équidos con cualquiera de los protozoos apicomplejos Sarcocystis neurona o Neospora hughesi. Los signos clínicos pueden imitar otras enfermedades neurológicas comunes y ser altamente variables; los más frecuentes son ataxia asimétrica, debilidad de las extremidades y atrofia muscular neurogénica regional. Otros signos clínicos son obnubilación, convulsiones, parálisis facial, inclinación de la cabeza y otros signos de disfunción de los pares craneales. El apoyo para el diagnóstico se obtiene utilizando la relación de títulos de anticuerpos en el suero y el líquido cefalorraquídeo (LCR) a partir de los resultados de pruebas de ELISA o de anticuerpos fluorescentes indirectos. La MPE se trata con fármacos antiprotozoarios y, a veces, con tratamientos auxiliares, como inmunomoduladores.

La mieloencefalitis protozoaria equina (MPE) es una enfermedad neurológica infecciosa común en caballos de toda América; se ha descrito en la mayoría de los 48 estados contiguos de EE. UU., el sur de Canadá, México y varios países de América Central y del Sur. En países fuera de estas áreas, la MPE se observa esporádicamente en caballos que han pasado anteriormente tiempo en América.

Etiología y epidemiología de la mieloencefalitis protozoaria equina

La mayoría de los casos de MPE están causados por el protozoo apicomplejo Sarcocystis neurona. Los caballos se infectan por ingestión de esporozoítos de S. neurona en comida o agua contaminada. El organismo experimenta una multiplicación asexual precoz (esquizogonia) en tejidos extraneurales antes de parasitar el SNC.

Como otros Sarcocystis spp., S. neurona tiene un ciclo biológico depredador-presa obligado.

El hospedador definitivo (predador) para S. neurona en EE. UU. es la zarigüeya (Didelphis virginiana). Las zarigüeyas se infectan comiendo tejido muscular con sarcoquistes de un hospedador intermediario infectado (presa) y, tras un breve periodo de incubación (probablemente 2-4 semanas), los esporoquistes infecciosos pasan a las heces. Se han implicado como hospedadores intermediarios armadillos de nueve bandas, mofetas rayadas, mapaches, nutrias marinas, focas de puerto del Pacífico y gatos domésticos; sin embargo, se desconoce la importancia en la naturaleza de cada una de estas especies.

Los hospedadores definitivos no forman sarcoquistes infecciosos en los músculos, mientras que los hospedadores intermediarios sí lo hacen. Dado que raramente se forman sarcoquistes infecciosos en el tejido muscular equino, el caballo se considera hospedador aberrante y definitivo para S. neurona. Cuando ocurre la enfermedad clínica en el caballo, pueden identificarse los esquizontes y merozoítos en los tejidos del sistema nervioso equino durante el examen post mortem, en lugar de sarcoquistes en los músculos.

Ciertos casos esporádicos de MPE se han asociado a Neospora hughesi, un microorganismo estrechamente relacionado con S. neurona. Los hospedadores naturales de este microorganismo aún no se han identificado. La transmisión protozoaria transplacentaria, que resulta en potros infectados, se ha descrito para N. hughesi pero no para S. neurona.

Hallazgos clínicos de la mieloencefalitis protozoaria equina

Dado que los protozoos pueden infectar cualquier parte del SNC, casi cualquier signo neurológico es posible en la MPE. Los caballos infectados típicamente no presentan dolor ni fiebre, lo que puede ayudar a priorizar los diagnósticos diferenciales. La enfermedad empieza normalmente de forma insidiosa, pero puede hacerlo de forma aguda y grave.

Perlas y trampas

  • Dado que los protozoos pueden infectar cualquier parte del SNC, casi cualquier signo neurológico es posible en la MPE.

Los signos clínicos de afectación de la médula espinal son más frecuentes que los de enfermedad cerebral en la MPE. Los caballos con MPE de la médula espinal pueden presentar debilidad y ataxia simétricas o asimétricas en cualquiera de las extremidades, a veces con evidente atrofia muscular, que puede notarse más fácilmente en las regiones epaxiales o glúteas. Si se ve afectada la médula espinal sacrocaudal, puede haber signos clínicos de síndrome de cola de caballo. Las lesiones de la médula espinal de la MPE también pueden dar lugar a zonas demarcadas de sudoración espontánea o pérdida de reflejos y sensibilidad cutánea.

Los siguientes son algunos de los signos clínicos más comunes de enfermedad cerebral en caballos con MPE:

  • inactividad/apatía

  • disfagia

  • inclinación de la cabeza y apoyo (signos vestibulares)

  • anomalías del nervio facial, incluyendo ptosis, caída de la oreja y desviación del hocico

Cualquier núcleo de par craneal puede estar afectado. Pueden observarse convulsiones, déficits visuales que incluyen una respuesta de amenaza anormal o alteraciones conductuales. La MPE puede llegar a causar decúbito y muerte. La progresión hasta decúbito puede producirse a lo largo de horas o años y manifestarse de forma continua o intermitente.

Lesiones

En la MPE, se puede observar coloración focal, hemorragia o malacia tisular en el SNC. Histológicamente, los protozoos pueden encontrarse asociados a una respuesta inflamatoria celular mixta y destrucción neuronal.

Los equizontes, en varias fases de maduración, o los merozoítos libres suelen estar presentes en el citoplasma de las neuronas o los fagocitos mononucleares. También están parasitados los neutrófilos y eosinófilos intravasculares y tisulares y, más raramente, las células endoteliales capilares y los axones mielinizados. Los merozoítos se pueden encontrar extracelularmente, sobre todo en zonas de necrosis. En al menos el 75 % de los casos clínicos, los protozoos no se observan en las secciones teñidas con hematoxilina y eosina (H&E).

Diagnóstico de la mieloencefalitis protozoaria equina

  • Exclusión de diagnósticos diferenciales.

  • Demostración de concentraciones umbral de anticuerpos en LCR y sangre

El diagnóstico post mortem de la MPE se confirma mediante la demostración de las lesiones por los protozoos en el SNC por su morfología característica o por tinción inmunohistoquímica; sin embargo, se puede realizar un diagnóstico histológico presuntivo basado en cambios inflamatorios característicos en los tejidos sin necesidad de identificar los protozoos.

La prueba para el anticuerpo específico contra S. neurona o N. hughesi es la base del diagnóstico presuntivo ante mortem de la MPE, y es más precisa cuando se demuestra la producción intratecal de anticuerpos tras la punción del LCR, determinando la relación entre los títulos de anticuerpos en el líquido cefalorraquídeo y el suero en una muestra emparejada. Las pruebas serológicas para anticuerpos específicos en la sangre frente a S. neurona o N. hughesi (p. ej., prueba de inmunofluorescencia indirecta [IFAT]) o los antígenos protozoarios de superficie (SAG 2,3,4) proporcionan evidencia de una exposición actual o previa al microorganismo. Por tanto, los títulos séricos bajos o negativos tienden a excluir el diagnóstico de MPE, especialmente en regiones donde las tasas de exposición son altas.

En cambio (y de manera importante), los títulos séricos positivos o altos de anticuerpos contra S. neurona tienen una utilidad diagnóstica limitada, ya que estos títulos no distinguen claramente a caballos con exposición de aquellos con MPE clínica activa. Por lo tanto, el uso exclusivo de la serología para determinar si un caballo tiene una infección activa de MPE sin calcular la relación de títulos de anticuerpos en el suero y el LCR puede generar resultados falsos positivos.

En los caballos con signos neurológicos, las relaciones de títulos de anticuerpos suero:LCR de SAG 2,4,3 disponibles comercialmente que son <1:100 son indicativas de producción de anticuerpos frente a S. neurona en el SNC y apoyan en gran medida el diagnóstico de MPE. Usando una IFAT disponible comercialmente, una relación suero:LCR ≤64 sugiere la producción intratecal de anticuerpos. Se recomienda también realizar la prueba y calcular la relación de títulos de anticuerpos suero:LCR para diagnosticar N. hughesi; la elección de la prueba depende de la preferencia del veterinario y la ubicación.

En algunos caballos con MPE, el análisis del LCR muestra anomalías como pleocitosis mononuclear e incremento de la concentración proteica. No obstante, en muchos casos, estos valores se encuentran dentro de los límites normales. La citología del LCR tiene más probabilidades de revelar evidencia o refutar diagnósticos diferenciales.

Los procedimientos diagnósticos que pueden ayudar al veterinario a descartar algunos de los diagnósticos diferenciales más comunes incluyen la evaluación citológica del LCR; imágenes, como radiografía, tomografía computarizada (TC) y mielografía; pruebas adicionales de enfermedades infecciosas; e investigación clinicopatológica.

Según los signos clínicos, el diagnóstico diferencial puede incluir lo siguiente:

Tratamiento de la mieloencefalitis protozoaria equina

  • Antiprotozoarios

  • Antiinflamatorios, vitamina E e inmunomoduladores

Los tratamientos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para la MPE son el ponazurilo (pasta, 5 mg/kg/día, por vía oral, cada 24 horas, durante 28 días), el diclazurilo (pellets, 1 mg/kg/día, por vía oral, cada 24 horas, durante 28 días) y una combinación de sulfadiacina y pirimetamina (líquido, 20 mg/kg y 1 mg/kg, por vía oral, respectivamente, cada 24 horas durante al menos 90 días). Cada uno de estos tratamientos parece tener tasas de eficacia similares.

La biodisponibilidad del ponazurilo y el diclazurilo puede mejorarse con la administración simultánea por vía oral de aceite de maíz o dimetilsulfóxido (DMSO). Se puede administrar una dosis de carga de ponazurilo (15 mg/kg, por vía oral) el primer día de tratamiento para alcanzar rápidamente concentraciones sanguíneas terapéuticas. La sulfadiacina/pirimetamina debe administrarse al menos 1 hora antes o después de comer heno para evitar la inhibición de la pirimetamina por el folato de la dieta. Se puede desarrollar anemia después de un tratamiento prolongado con sulfadiacina/pirimetamina, y como mejor se previene es proporcionando grandes cantidades de forraje verde rico en folato, como la alfalfa o el pasto verde.

Algunos clínicos optan por utilizar un tratamiento combinatorio (más de 1 de los 3 medicamentos antiprotozoarios mencionados anteriormente), especialmente si no se observa mejora después de uno o dos meses de tratamiento con un solo medicamento.

Aproximadamente, el 60 % de los caballos mejoran con cada uno de los tratamientos mencionados, pero <25 % se recuperan completamente. Las recaídas pueden ocurrir hasta 2 años después de parar el tratamiento con antiprotozoarios. Cabe destacar que no se recomienda realizar pruebas inmunodiagnósticas repetidas como medio para guiar la duración del tratamiento antiprotozoario; en su lugar, estas decisiones generalmente se toman en función de la respuesta al tratamiento.

Ya que la inmunosupresión/inmunodeficiencia puede ser un factor de riesgo para la MPE, a veces se administran inmunomoduladores (p. ej., derivado de la pared celular micobacteriana, levamisol [1 mg/kg, por vía oral, cada 12 horas, durante las primeras 2 semanas del tratamiento antiprotozoario y durante la primera semana de cada mes posterior], parapoxvirus ovis muerto o factor de transferencia) como tratamiento auxiliar, aunque no se han realizado estudios para evaluar su eficacia en caballos con MPE.

Los antiinflamatorios no esteroideos (flunixino meglumina [1,1 mg/kg, IV, cada 12-24 horas] y fenilbutazona [2-4,4 mg/kg, por vía oral/IV, cada 12 a 24 horas]) se utilizan con frecuencia durante los primeros días del tratamiento antiprotozoario.

En los caballos con ataxia grave o aparente afectación cerebral, los corticoesteroides como la dexametasona (0,1 mg/kg, IM, cada 24 horas durante 4 días) pueden mejorar los signos clínicos. La vitamina E (20 UI/kg, por vía oral, cada 24 horas), un antioxidante, también se utiliza de manera complementaria con el tratamiento antiprotozoario.

Prevención y control de la mieloencefalitis protozoaria equina

No hay disponible ningún tratamiento preventivo eficaz para la MPE. Se comercializó una vacuna aprobada condicionalmente, pero la licencia caducó en 2008 y ya no se ofrece la vacuna. Existe interés en el uso de fármacos antiprotozoarios para la prevención, y se ha demostrado que el diclazurilo cada 24 horas previene la seroconversión de los potros frente a S. neurona y N. hughesi.

Para alcanzar concentraciones terapéuticas, se ha considerado la administración de diclazurilo quincenal a la mitad de la dosis recomendada (0,5 mg/kg/día, por vía oral, cada 3-4 días); esto podría ser útil en la prevención. Los protocolos basados en la evidencia para el uso preventivo de fármacos antiprotozoarios todavía no están disponibles (1).

La fuente de esporoquistes infecciosos son las heces de zarigüeya, por lo que es prudente evitar el acceso de estas a los comederos de caballos. La comida del caballo y las mascotas no debe dejarse fuera, las bolsas abiertas de comida y basura han de mantenerse cerradas en contenedores metálicos, los comederos de aves deben eliminarse y ha de recogerse la fruta caída de los árboles. Se puede atrapar a las zarigüeyas recolocarlas. Dado que los supuestos hospedadores intermediarios no pueden infectar directamente a los caballos, es improbable que el control de estas poblaciones sea útil en la prevención de la MPE.

Conceptos clave

  • La mieloencefalitis protozoaria equina (MPE) es una causa común de enfermedad neurológica infecciosa de los caballos en toda América.

  • El diagnóstico se basa en los signos neurológicos, la exclusión de diagnósticos diferenciales y la demostración de la producción de anticuerpos intratecales.

  • Los antiprotozoarios mejoran los signos clínicos en la mayoría de los caballos; sin embargo, la recuperación completa puede no ocurrir, y las recaídas son comunes.

  • No existe vacuna para la MPE.

Para más información

Referencias

  1. Pusterla N, James K, Bain F, et al. Investigation of the bi-weekly administration of diclazuril on the antibody kinetics to Sarcocystis neurona in healthy horses. J Equine Vet Sci. 2021;104:103713. doi:10.1016/j.jevs.2021.103713