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Mastitis en cabras

PorMatthias Wieland, DVM, PhD, Dipl.ECBHM, Cornell University
Revisado/Modificado Modificado may 2024
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Los microorganismos que infectan las ubres de las cabras son similares a los de las vacas. Los estafilococos no aureus (anteriormente denominados estafilococos coagulasa negativos) suelen ser los más prevalentes en las cabras y pueden causar infecciones persistentes que dan lugar a un aumento del recuento de células somáticas (RCS) y mastitis de bajo grado con algunos episodios clínicos recidivantes. El nivel de infección e incidencia de la mastitis debida a Staphylococcus aureus tiende a ser baja (<5 %), pero puede terminar en infecciones persistentes, que no suelen responder al tratamiento.

Las infecciones estreptocócicas intramamarias pueden afectar tanto a los casos subclínicos como clínicos, pero suelen ser menos frecuentes en el ganado. Streptococcus agalactiae no es un patógeno común de la mastitis en las cabras.

Las infecciones por Mycoplasma, principalmente por Mycoplasma mycoides (tipo de colonia grande) y Mycoplasma putrefaciens, algunas veces causan brotes graves de mastitis en las cabras. M. putrefaciens también causa septicemia, poliartritis, neumonía y encefalitis, junto con una enfermedad grave y mortalidad en cabritos lactantes. También se ha informado que Mycoplasma capricolum causa mastitis grave en cabras e infección en los cabritos. Las cabras suelen recuperarse en aproximadamente 4 semanas.

Como sucede en las vacas, los microorganismos gramnegativos causan infecciones intermitentes que pueden ser graves pero que suelen ser autolimitantes. Trueperella (anteriormente Arcanobacterium) pyogenes produce, a veces, abscesos nodulares múltiples.

Las cabras también pueden presentar signos clínicos de mastitis por artritis y encefalitis caprinas, y neumonía progresiva ovina secundaria a infección sistémica. La agalactia es común, al igual que el endurecimiento de la ubre por fibrosis.

Los programas para el diagnóstico, control y tratamiento de la mastitis bacteriana en cabras son similares a los de las vacas. No obstante, la monitorización de las mastitis subclínicas a través de RCS en cabras es difícil a causa de la escasa diferenciación entre animales infectados y no infectados, especialmente en las fases tardías de la lactación. Esto se debe en parte a que existe una proporción mayor de células epiteliales en la leche de cabra en comparación con la leche de las vacas. A medida que avanza la lactación, aumenta la eliminación de células epiteliales en la leche, por lo que es frecuente encontrar RCS >1 000 000 células/ml en cabras no infectadas al final de la lactación.

Perlas y trampas

  • Es común encontrar recuentos de células somáticas >1 000 000 células/ml en cabras no infectadas al final de la lactación.

Son necesarios unos procedimientos de ordeño adecuados y una buena higiene ambiental para reducir la prevalencia y transmisión de la infección. Se debe sacrificar a las cabras infectadas de forma crónica, así como a las cabras con infecciones por M. mycoides y aquellas que no se recuperan de infecciones por M. putrefaciens o M. capricolum.