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Dermatofitosis en el ganado vacuno

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD, Department of Medical Sciences, School of Veterinary Medicine, University of Wisconsin-Madison
Revisado/Modificado Modificado ago 2020
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Trichophyton verrucosum es la causa más frecuente de tiña en el ganado vacuno, pero, en algunos casos, también se han aislado T. mentagrophytes, T. equinum, Microsporum gypseum, M. nanum y M. canis. La dermatofitosis se reconoce con mayor frecuencia en terneros, en los que las lesiones perioculares no pruriginosas son las más características, aunque puede desarrollarse una enfermedad cutánea generalizada. Las vacas y las novillas desarrollan lesiones en pecho y extremidades, y los toros desarrollan lesiones en papada y piel intermaxilar. Las lesiones características son parches alopécicos y escamosos, asociados a costras blanquecinas y grisáceas que, en ocasiones, forman costras gruesas y supurativas. La dermatofitosis, como problema de salud del rebaño, es más común en el invierno y se reconoce con mayor frecuencia en climas templados.

No es rentable tratar al ganado vacuno con medicamentos antimicóticos orales. El tratamiento implica la mejora de la cría, ya que el hacinamiento aumenta la prevalencia de la enfermedad. Hay que eliminar las costras con un cepillo y luego desecharlo, y quemar el material infeccioso. La terapia tópica es el tratamiento de elección, con lavados sin aclarado con sulfuro de cal 1:16 o enilconazol 1:100. No se debe utilizar lejía, ya que puede ser irritante y peligroso para la salud humana. Se recomienda el tratamiento dos veces por semana, si resulta práctico. La dermatofitosis se cura por sí sola en animales.

En algunos países, se utiliza una vacuna fúngica viva atenuada; no está disponible en América del Norte. La vacuna se ha utilizado en programas de control y erradicación para reducir con éxito el número de nuevos rebaños infectados. La vacuna previene el desarrollo de lesiones clínicas y la transmisión a otros animales. La vacunación ha reducido en gran medida la incidencia de la enfermedad zoonótica en agricultores y sus hogares, así como en veterinarios y personas que trabajan en mataderos y curtidurías.