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Envenenamiento con sapos

PorSteve M. Ensley, DVM, PhD, Department of Anatomy and Physiology, College of Veterinary Medicine, Kansas State University
Revisado/Modificado Modificado oct 2020
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Los perros y, a veces, los gatos se intoxican al ingerir ciertos tipos de sapos. Todos los sapos producen veneno, pero la potencia del veneno varía según la especie y la localización geográfica. El veneno de sapo es una sustancia espesa, de color blanco cremoso y muy irritante. Puede afectar al corazón, al sistema nervioso y a los vasos sanguíneos. La especie más tóxica en EE. UU. parece ser el sapo gigante o marino, Rhinella marina (anteriormente Bufo marinus), una especie introducida que está establecida en Florida, Hawái y Texas. Se le conoce como sapo de caña en Australia, con una distribución en la mitad nordeste del continente.

Los encuentros con sapos son más comunes durante la temporada cálida o templada. Los signos de envenenamiento varían desde efectos locales dentro y alrededor de la boca hasta convulsiones y muerte. Los efectos locales incluyen babeo espumoso, sacudidas vigorosas de la cabeza, manotazos en la boca y arcadas. Se ven inmediatamente, probablemente porque el veneno es sumamente irritante. El vómito no es inusual y puede persistir durante varias horas. La intoxicación grave, como por el veneno de Bufo marinus, causa un ritmo cardiaco anómalo potencialmente mortal, dificultad para respirar, un tono azulado en la piel y las membranas mucosas, y convulsiones.

No existe un antídoto especifico. El tratamiento está dirigido a minimizar la absorción del veneno, junto con un tratamiento de apoyo. Se debe lavar inmediata y meticulosamente la boca con abundante cantidad de agua. El tratamiento de apoyo incluye medicamentos para reducir la cantidad de saliva y corregir la frecuencia cardiaca. También puede ser necesaria la terapia con oxígeno.

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