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Manejo de aves de traspatio

PorYuko Sato, DVM, DACPV, Veterinary Diagnostic and Production Animal Medicine, College of Veterinary Medicine, Iowa State University
Revisado/Modificado Modificado nov 2024
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Entorno para aves de traspatio

Las leyes y reglamentos sobre la tenencia de aves de traspatio varían según el municipio. Algunas ciudades y asociaciones de propietarios tienen normas específicas sobre la tenencia de pollos, mientras que otras permiten la propiedad de aves de traspatio sin limitaciones en el número o tipo de aves. Es importante conocer la normativa sobre la posesión de aves de traspatio para mantener la paz con el vecindario.

Es fundamental colocar una valla para mantenerlas en casa y protegerlas. Los pollos domésticos son presa fácil de depredadores como gatos, perros, mofetas, halcones y zorros. El vallado debe enterrarse en el suelo, al menos 30 centímetros, para evitar que depredadores como mapaches y zorros escarben por debajo. Además, las vallas deben ser lo más altas posible o electrificadas en las partes superior e inferior, para evitar que los depredadores las salten o escarben por debajo.

Deben evitarse los abrevaderos y la vegetación alrededor del gallinero, ya que fomentan la presencia de aves acuáticas silvestres, insectos, roedores y otras alimañas de la zona, que pueden causar daños a las aves y propagar enfermedades. Es conveniente cubrir la parte superior del recinto para proteger a las aves de los depredadores que vuelan o trepan, así como para prevenir la exposición a aves silvestres que puedan transmitir enfermedades.

Debe evitarse el hacinamiento; la distribución del espacio debe contemplar y permitir el crecimiento de las aves. Debe haber suficiente espacio interior para evitar el hacinamiento durante el mal tiempo. El tipo de ave ayudará a determinar el tipo de alojamiento. La mayoría de las razas de pollos son lo suficientemente resistentes como para alojarlas en el exterior, al menos una parte del tiempo (excepto en tiempos de temperaturas extremas); las aves de carne suelen ser más resistentes que las ponedoras. Sin embargo, las razas de exhibición a menudo no tienen el vigor híbrido y requieren un refugio con calefacción o refrigerado.

Las necesidades mínimas de espacio se deben determinar no solo por el tamaño del ave, sino también por su nivel de actividad. En general, las gallinas ponedoras y los pollos más grandes necesitan un mínimo de 0,15-0,2 m2 de espacio en el interior y de 0,75-1 m2 en el exterior. Los patos y los gansos necesitan mucho más espacio, de 0,30 a 0,60 m2 en el interior y de 1,40 a 1,70 m2 en el exterior.

El tipo de suelo es una característica importante en la construcción del gallinero, y los propietarios deben conocer las ventajas y las desventajas de los distintos materiales para el suelo (p. ej., tierra, madera, hormigón) tanto en el gallinero como en el exterior.

  • Dejar a las aves en tierra o arena es barato y fácil, pero, en esas condiciones, el estiércol es difícil de eliminar y puede convertirse en un lodazal si no hay un mantenimiento adecuado. Cuando el suelo se moja o se contamina, la tierra se debe labrar y añadir tierra nueva, después de recubrir la anterior con cal o lejía, para prevenir el sobrecrecimiento de parásitos y microorganismos.

  • La madera es una opción, pero debe mantenerse en buenas condiciones; la madera vieja puede pudrirse y acumular agentes patógenos, y las astillas al descubierto pueden provocar lesiones. Además, la madera puede ser difícil de desinfectar, ya que no es impermeable a la orina y a las heces. Además, la madera no debe tratarse, porque los productos químicos como el plomo pueden ser perjudiciales para las aves.

  • El suelo de hormigón es el mejor para los gallineros permanentes, porque es fácil de limpiar, impenetrable a las alimañas y una buena barrera para los depredadores. Sin embargo, es el más caro y el que más esfuerzo de mantenimiento requiere.

  • Algunos propietarios prefieren utilizar fosos de deyecciones desmontables directamente debajo de los aseladeros de los pollos para facilitar la limpieza del gallinero, lo cual puede ayudar a mantener la higiene de la cama (o yacija) y ser un buen método de disminución del amoníaco y la humedad del ambiente.

También es importante utilizar un material limpio para absorber la gallinaza y usarlo de yacija en el gallinero. La yacija debe estar limpia, seca y sin moho. Tanto la arena como las virutas de pino, el arroz y las cáscaras de nueces son buenas opciones debido a su buena absorción de la humedad. La paja y las mazorcas de maíz molidas tienen una capacidad de absorción deficiente y suelen enmohecerse. Las aves de producción siempre deben gozar de distintas formas de enriquecimiento ambiental específicas para el tipo de ave, para evitar que ingieran gallinaza, lo que podría provovarles obstrucciones gastrointestinales.

La yacija puede humedecerse mucho alrededor de los bebederos, por lo que es necesario retirarla adecuadamente cuando se apelmaza. La yacija húmeda favorece el crecimiento de agentes patógenos, como bacterias, hongos y parásitos, y provoca problemas como la pododermatitis plantar. Una yacija demasiado seca crea un ambiente polvoriento y puede causar irritación de las sensibles vías respiratorias de las aves. Lo ideal es que la cama tenga un 20-25 % de humedad; una prueba rápida es tomar un puñado de yacija y ver si se aglutina un poco y luego se desmorona.

La cama húmeda y las concentraciones altas de amoníaco pueden ocasionar graves problemas de bienestar, como quemaduras por amoníaco en la córnea, pododermatitis plantar, ampollas en el pecho y quemaduras en la piel. Se han publicado pautas sobre los límites de exposición a contaminantes en aerosol como el amoníaco (1, 2, 3). Una ventilación apropiada permite una buena eliminación de la humedad del lecho y disminuye la exposición a esporas de moho y otras posibles toxinas en aerosol.

Los pollos tienen una temperatura corporal de 40-43 °C y comienzan a sentir estrés térmico a temperaturas ambientales >23,8 °C. El intervalo de temperatura ideal para las aves de producción es de 18,3-23,8 °C, con una humedad relativa de hasta el 40 %. Con temperaturas extremas, las aves modifican su comportamiento para permanecer en su zona termoneutra (12,8-23,8 °C). Ante el calor extremo, los pollos jadean, disminuyen su actividad, beben más, comen menos y extienden las alas para disipar el calor. Ante el frío extremo, los pollos se acurrucan en busca de calor y esponjan las alas para autoaislarse.

Para fomentar una buena circulación de aire, las ventanas deben colocarse en el lado sur o este del gallinero, con un alféizar estrecho en las ventanas para evitar que las aves se posen y defequen en la zona. El uso de nebulizadores y ventiladores ayudará a mantener frescas a las aves de traspatio durante los meses calurosos de verano, y un gallinero bien aislado mantendrá a los animales abrigados durante el invierno.

Nutrición para aves de traspatio

El mayor gasto en la cría de aves de traspatio es el costo de la alimentación. Sin embargo, una buena alimentación es una buena inversión, ya que las raciones desequilibradas reducirán el rendimiento y pueden provocar enfermedades nutricionales.

Los problemas más comunes en los averíos de traspatio son la calidad o cantidad insuficiente de agua, el almacenamiento prolongado del alimento, que comporta la degradación de sus vitaminas y minerales, la ausencia de una alimentación equilibrada y completa con restos de comida o suplementos, y la administración de dietas para la etapa de vida incorrecta.

Las aves necesitan de 1,5 a 3,5 partes de agua por cada parte de alimento consumido (hasta 5-6 veces dicha cantidad para las aves acuáticas), y requieren aún más cuando hace calor. Las aves no consumirán alimento si la cantidad de agua es inadecuada, lo que puede provocar graves problemas de salud.

Los propietarios de aves de traspatio también deben tener en cuenta la posibilidad de que haya bacterias (p. ej., coliformes) y otros contaminantes en el agua, incluidos arsénico, calcio, cloro, cobre, flúor, hierro, plomo, magnesio, mercurio, nitratos, nitritos, sodio, sulfato y zinc. No debe ofrecerse esta agua contaminada a las aves de producción.

Los problemas de deficiencia de vitaminas más comunes en los averíos de traspatio son debidos a no utilizar una premezcla de vitaminas en la dieta o por usar una premezcla de vitaminas caducada, lo que da lugar a una pérdida de eficacia. Las deficiencias de vitaminas liposolubles, especialmente vitamina D3, se suelen evidenciar clínicamente antes que las deficiencias de vitaminas hidrosolubles.

La presentación más común de aves con deficiencia de vitamina D3 son las deformidades esqueléticas (raquitismo), que pueden presentarse en un averío con mortalidad, pérdida de la condición física y aves cojas o reacias a moverse debido a escoliosis, huesos blandos y flexibles o falta de fuerza ósea. Para obtener más detalles, consulte Deficiencia de vitaminas en aves de producción y Deficiencias de minerales en aves de producción

Hay que aconsejar a los propietarios que compren pienso de calidad, lo almacenen correctamente (evitando las temperaturas extremas, para prevenir la desnaturalización de vitaminas y minerales) y lo utilicen antes de que caduque. El pienso debe almacenarse en un lugar seco y fresco, para evitar que la descomposición de las vitaminas y el crecimiento de hongos. Usar una luz negra para comprobar la fluorescencia de los granos de maíz es una forma rápida de detectar micotoxinas nocivas.

Si los propietarios de aves de traspatio quieren hacer su propia mezcla de alimentos, lo más común es partir de una premezcla de vitaminas/minerales de 1,5-5 kg de premezcla por tonelada métrica de alimento. La mayoría de los piensos y premezclas se venden en cantidades grandes y caducan en 3-6 meses (2 meses en verano).

Los propietarios de aves de traspatio deben ser conscientes de los peligros de la alimentación con piensos viejos y mal almacenados, o con dietas caseras que no satisfacen los requisitos nutricionales de las aves de producción.

Los propietarios de aves de traspatio deben conocer el consumo diario de alimento de cada ave para calcular cuándo debe pedir el próximo lote de alimento:

  • Un polluelo de un día de edad come aproximadamente 30-60 g de alimento por día.

  • Una gallina ponedora adulta no debe comer más de 0,1 kg (0,25 libras) de pienso por día.

  • Un ave de carne puede consumir cerca del doble de alimento que una ponedora adulta. Sin embargo, la sobrealimentación o la alimentación a voluntad, especialmente en aves de carne, puede provocar trastornos osteomusculares.

Los signos de una densidad de nutrientes reducida o inadecuada incluyen crecimiento lento, mala condición corporal, producción de huevos lenta o inexistente y pérdida de plumas.

Se desaconseja el uso de razas comerciales de pollos de engorde en un entorno de traspatio, ya que estas aves necesitan estar sometidas a una restricción alimenticia muy estricta para evitar enfermedades metabólicas. Las aves con acceso al aire libre complementarán su dieta buscando y comiendo insectos. Además, muchos propietarios de aves de traspatio optan por suplementar la ración de sus aves con sobras de comida y cereales.

No debe administrarse restos de comida a las aves, porque esto puede hacer que no coman una dieta equilibrada. Los restos de grasa también deben evitarse, ya que favorecen la aparición de hígado graso y la muerte aguda por rotura hepática. Aunque se desee un comportamiento de búsqueda de alimentos, las aves deben recibir la mayor parte de su dieta a partir de una ración completa y equilibrada.

El tipo de alimento recomendado varía según la especie, la edad y el uso del ave. Para algunas especies de aves, puede ser difícil encontrar los componentes apropiados. En general, los propietarios de aves de caza que no puedan encontrar el pienso de iniciación adecuado para esas aves pueden sustituirlo por un pienso de iniciación para crías de pavo, que suele ser alto en proteínas (25-28 % de proteína bruta).

Es fundamental no proporcionar dietas para ponedoras a las aves en crecimiento, ya que las concentraciones inadecuadas de proteína y el alto contenido de calcio (3,5-6 %) pueden provocar un daño renal irreversible. La mejor manera de evitar estos problemas es comprar pienso que esté científicamente respaldado, que sea equilibrado nutricionalmente y apropiado para la etapa de la vida. En caso de tener preguntas sobre alimentación, se debe consultar a un bromatólogo o a un especialista en alimentación y nutrición complementaria de aves de producción.

Perlas y trampas

  • No se debe alimentar a las aves no ponedoras en crecimiento con dietas altas en calcio, ya que pueden provocar un daño renal irreversible.

Uno de los problemas más comunes que se observan en grupos de distintas edades es la urolitiasis (gota). Entre las causas de la gota se incluyen las infecciones que provocan daño renal (p. ej., virus de la bronquitis infecciosa), alimentación con concentraciones excesivas de bicarbonato de sodio, la micotoxicosis, las dietas ricas en proteínas y, con mayor frecuencia, la alimentación de aves inmaduras con una dieta rica en calcio (para ponedoras adultas).

Las dietas para las aves en crecimiento (es decir, antes de la puesta, <16-18 semanas) suelen tener un 0,8-1,2 % de calcio. Las aves ponedoras necesitan un 3,5-6 % de calcio debido a la demanda nutricional para poner los huevos (un huevo típico requiere alrededor de 2 g de calcio) Las aves ponedoras de producción que no consumen una cantidad suficiente de calcio en su dieta para cumplir con las demandas de calcio durante la puesta absorben calcio de los huesos. Las ponedoras adultas deben ingerir la cantidad adecuada de calcio para evitar la fatiga de la jaula (osteoporosis) y la puesta de huevos de cáscara blanda.

Para más información

Referencias

  1. National Chicken Council. National Chicken Council Animal Welfare Guidelines and Audit Checklist for Broilers. National Chicken Council; 2017.

  2. American Humane Farm Program. American Welfare Standards for Laying Hens—Free Range & Pasture. American Humane; 2021.

  3. Humane Farm Animal Care. Chickens. Humane Farm Animal Care; date unknown. Animal Care Standards, edition 22.