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Neosporosis en ganado vacuno

PorLuis-Miguel Ortega-Mora, DVM, PhD, Dip.EVPC, SALUVET group, Animal Health Department, Faculty of Veterinary Medicine, Complutense University of Madrid
Revisado/Modificado Modificado sept 2024
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La neosporosis es una enfermedad mundial que constituye una de las principales causas de aborto en el ganado; también se presenta en otros ungulados domésticos y silvestres con menor frecuencia y menor impacto. Ocasionalmente, la neosporosis conduce al nacimiento de terneros débiles con signos neuromusculares. El diagnóstico fetal se basa en la investigación histológica de las lesiones y en la detección por PCR o inmunohistoquímica del parásito en los órganos diana del feto y en la placenta. El diagnóstico posnatal se basa en pruebas serológicas. No existen tratamientos ni vacunas aprobados y el control se basa en un diagnóstico preciso y la prevención de la transmisión.

Neospora caninum es un parásito protozoario microscópico de distribución mundial. Muchos animales domésticos (p. ej., perros, ganado vacuno, ovejas, cabras, búfalos de agua, caballos, pollos) y animales silvestres y en cautividad (p. ej., ciervos, rinocerontes, roedores, conejos, coyotes, lobos, zorros) pueden infectarse. La neosporosis es una de las causas más comunes de aborto bovino, especialmente en vacas de granjas intensivas.

Una segunda especie de Neospora, Neospora hughesi, causa mielitis en caballos y comparte características clínicas con la mielitis protozoaria equina.

Etiología de la neosporosis en ganado vacuno

El agente causal de la neosporosis es N. caninum, un organismo protista formador de quistes intracelulares perteneciente al subtipo Apicomplexa, estrechamente relacionado con parásitos como Toxoplasma gondii y Sarcocystis spp. Se han descrito tres estadios infecciosos: esporozoítos, taquizoítos y bradizoítos:

  • Los esporozoítos se encuentran dentro de los ooquistes, que son las formas resistentes excretadas en las heces del huésped definitivo (un cánido). Los ooquistes se liberan sin esporular; luego, con la temperatura y humedad ambientales adecuadas, dentro de cada ooquiste se desarrollan dos esporoquistes que contienen cuatro esporozoítos cada uno.

  • En el ganado (huésped intermedio) se encuentran dos estadios infecciosos: 1) el taquizoíto, que es la etapa responsable de la fase aguda de la infección, el daño tisular y la diseminación sistémica; y 2) el bradizoíto, que es una etapa de replicación lenta que reside dentro de los quistes en los tejidos nerviosos y musculares, donde el parásito evade la respuesta inmunitaria del huésped.

Los quistes que contienen bradizoítos están presentes durante la fase crónica de la infección por N. caninum y son responsables de la infección persistente.

Epidemiología de la neosporosis en ganado vacuno

Ciclo de vida y transmisión

Los perros y los cánidos salvajes, como los lobos grises, los coyotes y los dingos, son huéspedes definitivos de N. caninum (consulte Neosporosis en perros). El ganado vacuno y otros mamíferos, como el ciervo axis, el bisonte europeo, la oveja, el búfalo de agua y el ciervo de cola blanca, así como los perros domésticos y los cánidos salvajes, son huéspedes intermedios. Tanto el parásito como la enfermedad se han detectado en alpacas, antílopes, venados de cola negra, ciervos de Eld, équidos, cabras, llamas, ualabíes de Parma, martas, zorros rojos y rinocerontes.

El ciclo de vida de N. caninum es indirecto, y los perros y el ganado, respectivamente, actúan como huéspedes definitivos e intermedios de mayor importancia (consulte el diagrama del ciclo de vida de N. caninumNeospora caninum, ciclo de vida). Se ha demostrado que los perros se infectan al comer ganado infectado (incluidas las placentas de los fetos abortados) y ciervos, y se presume que se infectan también al consumir carne cruda derivada de otros animales silvestres.

El ciclo sexual de N. caninum tiene lugar en el intestino del perro y los ooquistes se eliminan en sus heces. El ciclo asexual ocurre en el huésped intermedio. Después de que el perro ingiere ooquistes esporulados, se liberan esporozoítos y se transforman en taquizoítos, que se multiplican en varios tipos de células durante la fase aguda de la enfermedad. En la fase crónica, la respuesta inmunitaria del huésped favorece la diferenciación de los taquizoítos en bradizoítos, lo que da lugar a quistes tisulares.

Los bradizoítos pueden transformarse nuevamente en taquizoítos durante las etapas de la vida de la inmunomodulación (por ejemplo, el embarazo). El parásito puede atravesar la placenta e infectar al feto. Si la gestación progresa, los terneros infectados congénitamente nacerán con quistes persistentes en el cerebro y los músculos. El huésped permanece infectado de por vida y puede transmitir la infección a través de embarazos sucesivos o intermitentes.

N. caninum tiene múltiples modos de transmisión en el ganado (consulte el diagrama de ruta de transmisión):

  • Las transmisiones horizontales (posnatales) se deben al consumo de agua o alimentos contaminados con ooquistes esporulados.

  • La transmisión vertical (transplacentaria o congénita) ocurre cuando el parásito se transmite de la madre al feto durante el embarazo. Según el origen de la infección en la madre se diferencian dos modos de transmisión vertical:

    • La transmisión exógena ocurre en vacas que se infectan al consumir ooquistes esporulados durante el embarazo.

    • La transmisión endógena ocurre en hembras que son portadoras crónicamente infectadas de quistes que contienen bradizoítos que se reactivan a taquizoítos infecciosos durante el embarazo.

La transmisión vertical de N. caninum mantiene la infección endémicamente en los rebaños afectados, porque las hembras infectadas crónicamente transmiten el parásito a la descendencia de forma muy eficiente en los embarazos sucesivos. Sin embargo, las tasas de transmisión vertical parecen disminuir a medida que las hembras envejecen, probablemente porque desarrollan inmunidad protectora parcial.

Factores de riesgo

Los principales factores de riesgo de la infección por N. caninum en ganado vacuno incluyen la raza (la seroprevalencia difiere en cada raza, posiblemente debido a las diferencias en el manejo), la presencia de perros u otros cánidos y otros huéspedes posibles, y la higiene y la bioseguridad deficientes.

Los factores de riesgo más notables para el aborto causado por N. caninum son los siguientes:

  • Seropositividad: las vacas seropositivas tienen un mayor riesgo de aborto, que aumenta con el aumento del título de anticuerpos.

  • Historial de fallo reproductivo: los animales infectados congénitamente que han abortado previamente tienen un mayor riesgo de sufrir un aborto posterior.

  • Dieta: el forraje de mala calidad y el pienso mohoso se han vinculado con epidemias de abortos.

  • Aislamientos de parásitos: los diferentes aislamientos varían mucho en cuanto a virulencia y capacidad de inducir el aborto.

Hallazgos clínicos de la neosporosis en ganado vacuno

El ganado no gestante infectado por N. caninum por lo general no se ve clínicamente afectado. En el ganado gestante (tanto de leche como de carne) el signo clínico más relevante es el aborto. Los abortos son más comunes cuando la infección ocurre durante el primer o segundo tercio de la gestación; la infección en el último tercio de la gestación da lugar al nacimiento de terneros congénitamente infectados, que son sanos o, con menor frecuencia, presentan signos clínicos.

Macroscópicamente, los fetos abortados pueden aparecer autolíticos o momificados, y la placenta puede mostrar lesiones inespecíficas como edema y focos necróticos en los cotiledones. Las lesiones microscópicas son inflamatorias, no supurativas y necróticas. En los fetos, las lesiones se concentran en el SNC; sin embargo, también pueden ocurrir lesiones en el corazón y el hígado y, en menor medida, en los riñones, los músculos esqueléticos y los pulmones.

La gravedad de las lesiones de neosporosis es mayor cuando la infección ocurre más temprano en la gestación. Ocasionalmente, nacen terneros débiles con signos neuromusculares que varían desde una ligera incoordinación, pasando por ataxia, hiperextensión de las extremidades y exoftalmos, hasta una parálisis completa.

La neosporosis en los rebaños de ganado vacuno se manifiesta con patrones de aborto endémico y epidémico; sin embargo, también es posible que un rebaño tenga una alta prevalencia de infección sin un problema evidente de aborto.

  • El aborto endémico se asocia principalmente con la reactivación de infecciones persistentes (bradizoítos) durante el embarazo, seguida de transmisión transplacentaria al feto (transmisión transplacentaria endógena, EnTT). La transmisión ocasional desde perros u otros cánidos puede agravar el problema.

  • El aborto epidémico es una posible consecuencia de la transmisión súbita a gran escala a las vacas gestantes (transmisión transplacentaria exógena, ExTT), presumiblemente por la ingesta de una ración mixta o agua contaminada con heces caninas que contienen ooquistes.

Diagnóstico de la neosporosis en ganado vacuno

  • Examen histológico

  • Prueba de serología

  • Ensayo de PCR

Dado que la neosporosis es solo una de las muchas causas de aborto en el ganado, los esfuerzos diagnósticos deben centrarse en una serie de causas posibles.

  • Los fetos abortados han de enviarse a un laboratorio de diagnóstico veterinario, junto con la placenta y una muestra de suero de la hembra que ha abortado, para hacer un análisis histológico. El examen de múltiples fetos aumenta las probabilidades de un diagnóstico preciso.

  • Si no es práctico enviar el feto completo, se deben enviar tantos tejidos recogidos de forma aséptica y refrigerados como sea posible para excluir otras causas de aborto: cerebro, pulmón, hígado, bazo, líquido abomasal, pulmón, timo, riñón, glándula suprarrenal, músculo esquelético (p. ej., lengua y diafragma) y cotiledón placentario y líquido toracoabdominal del feto, así como suero de la hembra que abortó, todos recogidos asépticamente y refrigerados.

El diagnóstico de la neosporosis en fetos bovinos abortados se centra en dos pilares: 1) detección del parásito en los tejidos diana (preferiblemente cerebro, corazón e hígado) mediante ensayo de PCR o evaluación inmunohistoquímica, y 2) detección del parásito en los mismos tejidos mediante examen histológico. Además, se pueden detectar anticuerpos contra el parásito en el líquido torácico o abdominal en fetos >5 meses mediante técnicas serológicas.

La lesión que es casi patognomónica del aborto inducido por neosporosis en fetos de ganado es la encefalomielitis multifocal no supurativa con manguitos perivasculares, necrosis y microgliosis. Además, se pueden observar miocarditis y miositis multifocales no supurativas, así como hepatitis periportal no supurativa con necrosis hepática variable (consulte las imágenes histológicas).

La confianza en el diagnóstico de neosporosis aumenta con un mayor nivel de anticuerpos contra N. caninum en la hembra que ha abortado; las reacciones seropositivas altas en el momento del aborto tienen mayor valor predictivo que las reacciones seropositivas bajas.

La toxoplasmosis es una causa más común de aborto en ovejas y cabras, y causa lesiones similares a las de la neosporosis; sin embargo, el aborto por toxoplasmosis en el ganado vacuno es raro.

Las pruebas serológicas (por ejemplo, ELISA) son eficaces para el diagnóstico posnatal de infección por N. caninum en el ganado. La detección de anticuerpos específicos en la leche del tanque (leche almacenada a granel en la granja y analizada para evaluar la salud del rebaño) es útil para detectar prevalencias dentro del rebaño >10 %-15 %. Además, las pruebas serológicas pueden identificar animales de reemplazo infectados antes de su introducción en el rebaño.

Durante la investigación de un brote de aborto, las pruebas serológicas de un pequeño número de ganado abortado y no abortado (generalmente ≥10 por grupo) permiten verificar la asociación de la infección por N. caninum con el aborto mediante el cálculo del “cociente de probabilidades”. Una asociación sustancial entre la seropositividad y el aborto confirma la participación de la neosporosis.

Cuando se confirme la afectación por neosporosis, se deberá realizar un análisis más exhaustivo para determinar los siguientes parámetros:

  • Prevalencia dentro del rebaño.

  • Prevalencia por grupos etarios.

  • Concordancia serológica entre madres e hijas.

  • Avidez de los anticuerpos contra el parásito en animales abortados y seropositivos (la presencia de anticuerpos de alta avidez es característica de las infecciones crónicas asociadas con la EnTT).

Este enfoque diagnóstico puede revelar la magnitud del problema y el modo de transmisión predominante, lo que proporciona información fundamental para abordar cómo controlar la neosporosis. Sin embargo, la seropositividad no significa necesariamente que el animal vaya a abortar en el futuro.

Tratamiento de la neosporosis en ganado vacuno

No hay un tratamiento aprobado para la neosporosis en el ganado vacuno.

Control de la neosporosis en ganado vacuno

  • Pruebas estratégicas

  • Bioseguridad

  • Prevención de la transmisión horizontal

Es frecuente que los rebaños lecheros y de carne tengan al menos un pequeño porcentaje de animales infectados por N. caninum. Aunque reducir el riesgo de transmisión es un objetivo útil, la erradicación completa de N. caninum de un rebaño suele ser inviable. La elección de las medidas de control depende de la prevalencia de la enfermedad y de los objetivos deseados para un rebaño determinado. Se debe reducir la prevalencia de la infección en las granjas con brotes declarados y evitar la propagación de la infección mediante la prevención de la transmisión tanto horizontal como vertical.

Se deben tomar las siguientes medidas para tomar control de la EnTT de la neosporosis:

  • Se pueden realizar pruebas y sacrificios en animales seropositivos utilizando una relación costo-beneficio. En general, los animales con antecedentes de aborto, los animales con crías seropositivas y los animales viejos o con bajo valor de producción deben ser sacrificados.

  • Los embriones de vacas seropositivas de alto mérito genético pueden transferirse a receptoras no infectadas.

  • En los rebaños lecheros, la inseminación de vacas frisonas seropositivas con semen de razas de carne disminuye el riesgo de aborto durante la infección.

  • Los animales seropositivos deben ser reemplazados por animales seronegativos. Las pruebas serológicas en terneros de 5 a 6 meses de edad pueden ayudar a identificar individuos seropositivos.

Las medidas para controlar la transmisión horizontal y prevenir la ExTT de la neosporosis incluyen las siguientes:

  • Se debe evitar, o al menos minimizar, el contacto entre el ganado y los perros u otros cánidos.

  • Debe evitarse la contaminación a través de heces caninas de los alimentos utilizados en raciones mixtas. Las grandes lecherías deben considerar elevar vallados perimetrales a prueba de perros alrededor del área donde se almacenan los alimentos al aire libre, y se pueden instalar puertas automáticas para facilitar el tráfico diario de maquinaria pesada para mantener a los perros alejados. Las granjas lecheras más pequeñas pueden proteger los alimentos dentro de establos, depósitos de grano y silos.

  • Los animales muertos, los despojos del sacrificio doméstico y las placentas deben desecharse de manera que se evite que los perros los ingieran, se infecten y propaguen ooquistes de N. caninum en la granja.

En las granjas libres de infección clínicamente evidente, se deben realizar pruebas a los terneros y las novillas para garantizar que sean seronegativos, y se deben aplicar medidas de bioseguridad.

Riesgo zoonótico de la neosporosis en ganado vacuno

A pesar de su similitud con T. gondii, un conocido patógeno humano, N. caninum no se ha asociado claramente con ninguna enfermedad humana. No obstante, los trabajadores de laboratorio deben evitar la inoculación, que causa lesiones fetales en primates inoculados parenteralmente.

Conceptos clave

  • La neosporosis es una de las causas infecciosas de aborto bovino más importantes.

  • El diagnóstico fetal se basa en la investigación histológica de las lesiones y en la detección del parásito en los órganos diana del feto y en la placenta. Las pruebas serológicas son esenciales para el diagnóstico y control posnatal.

  • Como no existe tratamiento ni vacuna contra la neosporosis, las medidas de control se basan en el diagnóstico, la bioseguridad y la prevención de la transmisión.

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